Una elección muy disputada se realizará el próximo domingo en Brasil. La tensión política en la población está latente entre partidarios de Luiz Ignacio Lula da Silva, candidato de la izquierda, y el representante de la extrema derecha brasileña, Jair Bolsonaro.

Por Nicolás Salazar

Jair bolsonaro, de 67 años de edad, aspira a su segundo mandato, aunque gran parte de las encuestas y los sondeos le ponen en segundo lugar. La delantera la tendría Lula, de 76 años, el que es el favorito para transformarse en presidente de Brasil.

Las promesas de campaña de Bolsonaro van en la línea de dar impulso actividad minera y agraria, seguir con la privatización de empresas públicas y dar más libertades para el uso de armas en la población. Los tres conceptos más utilizados son los de familia, patria y nación.

Por su parte, Lula promete eliminar el alambre, mejorar las condiciones económicas de las clases populares, proteger la Amazonia y tierras indígenas, así como mejorar la imagen de Brasil a nivel internacional.

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Lula fue condenado por corrupción y pasó 580 días en la cárcel, pero un tribunal supremo anuló todas sus condenas por un defecto de forma y así pudo recuperar su derecho a ser candidato.

Las particularidades de la elección de Brasil y la expectación por reacción de Bolsonaro 

Además de presidentes, se tendrá que renovar el Congreso y el Senado del país. En este aspecto, cabe destacar que hay un número récord de candidatos indígenas y afrodescendientes.

El próximo domingo será la primera vuelta, mientras que el domingo 30 de octubre será la segunda vuelta.

Brasil es un país cada vez más dividido entre derecha e izquierda y existe expectación de qué hará Bolsonaro si pierde las elecciones; y si entregará de forma pacífica el poder. Existe temor ante un desconocimiento de los resultados por parte del líder de extrema derecha.

Bolsonaro ha criticado el sistema de elecciones y se teme que se puedan generar situaciones de violencia en las elecciones por partidarios de Bolsonaro que no acepten la eventual derrota del candidato, tal como se vio en el capitolio de los Estados Unidos tras la derrota de Trump.