Lucía Sepúlveda Ruiz – Plataforma Chile Mejor sin TLC / www.periodismosanador.blogspot.com
La semana que se inicia el lunes 25 podría ser decisiva para consolidar un voto transversal contra el TPP, construido a pulso social. La irrupción del #NoalTPP11 tanto en redes sociales como en los pasillos del Congreso y espacios públicos de Santiago, Valparaíso, y Valdivia, entre otros, sorprendió a quienes no han leído las 6000 hojas y 30 capítulos del Tratado. En cambio, difundir los impactos negativos del Acuerdo en salud, semillas y soberanía, así como contar con una bancada transversal que rechazara el TPP, fue el objetivo que la Plataforma Chile Mejor sin TLC se fijó tempranamente, trabajando al mismo tiempo en conformar una base social para alcanzarlo.
Molestia por el carácter antidemocrático de la discusión del TPP expresaron varios de los diputados, entre ellos Alejandra Sepúlveda, presidenta de la Comisión de Agricultura, la primera Comisión que en Chile se atreve a recomendar rechazar un tratado de libre comercio. El ejecutivo puso urgencia a la votación de la Cámara en enero, obligando a una discusión acotada que excluyó los impactos en la salud y el medio ambiente entre otros temas importantes que conlleva el tratado con Australia, Brunéi Darussalam, Canadá, México, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. La campaña a favor desatada por el gobierno y la UDI después que las comisiones de agricultura y trabajo rechazaron el TPP se sustenta en los medios de comunicación, televisión incluida. Los opositores, encabezados por Chile Mejor sin Tratados de Libre Comercio, tienen de su lado núcleos organizados, que a modo de David contra Goliat, se multiplican en todo el país para informar usando las redes ciudadanas y trabajando en forma creativa la www.listanegraparlamentaria.cl , una campaña de emplazamiento a los parlamentarios alineados con el gobierno.
Perfil de la Plataforma y opositores al TPP
Por más de cinco años, la entonces Plataforma Chile Mejor sin integrada por más de 150 organizaciones socio-ambientales y políticas a nivel nacional, pidió el fin del secretismo y el inicio de la discusión sobre el TPP y sus impactos. Sólo en 2016 tras la firma de Chile, estuvieron disponibles todos los capítulos. Anteriormente la única fuente de información era Wikileaks que filtró en 2015 todo el capítulo de Propiedad Intelectual. El estudio minucioso de cada capítulo para deducir su impacto socioambiental y económico, la coordinación con redes internacionales, y la reciente conformación de la Plataforma América Latina Mejor sin TLC han sido parte del quehacer de la Plataforma TPP que cambió su nombre a Chile Mejor sin TLC tras la salida de Estados Unidos.
Al ruido generado por la campaña de emplazamiento y la movilización ciudadana, se sumó un novedoso componente de carácter espiritual representado por autoridades tradicionales ("abuelos y abuelas") de pueblos originarios de norte a sur del país, que realizó emocionantes rogativas previas a su ingreso al congreso, muy ligadas a la defensa de la semilla tradicional, un tema que ha sido clave para llegar al corazón de la gente y en especial a las mujeres. El gobierno no hizo la consulta previa, libre e informada dispuesta en el Convenio 169 de la OIT sobre derechos de pueblos indígenas, ocultando que este tratado garantiza el nivel máximo de derechos a los inversores en megaproyectos energéticos, mineros y otros que obviamente se realizarán en territorios donde habitan mapuche, aymara y otros pueblos.
Reclamo de los pueblos originarios
La delegación que irrumpió en el Congreso antes y durante las votaciones, incluyó representantes de los pueblos Aymara, Lickan Antai, Rapa-Nui, y mapuche, incluido el vocero del Parlamento de Coz Coz, Jorge Hueque. Ellos contaron con el apoyo de la Plataforma y las más diversas organizaciones sociales y ambientales. Frente a los diputados y diputadas, y a partir de su cosmovisión. levantaron sus demandas respecto de la apropiación de la semilla y el conocimiento ancestral, en conflicto con los contenidos del Acuerdo. Expuso en la Comisión de Agricultura Jacqueline Ávila Vilca, Directora del Consejo de Mujeres Lickanantay. Respecto a la omisión de la Consulta Indígena, expresó "¿A caso las Naciones indígenas del norte solo estamos relegados a la minería y a la privatización del agua? Con ello pretenden que desaparezcamos para aprovechar los recursos naturales renovables y no renovables a libre disposición sin velar por el futuro de las generaciones venideras de este país, destruyendo todo a su paso solo por hecho de generar ganancias para unos pocos."
En esa comisión intervinieron en contra de la aprobación del Tratado, además de la Plataforma representada por Camila Montecinos, otras ocho organizaciones y dos académicos. Paula Muñoz, de la Red de Semillas Libres, recordó que las semillas tradicionales guardadas y cultivadas por quienes así lo deciden, no tienen patente, no requieren plaguicidas, fertilizantes ni agrotóxico alguno; están adaptadas a sus territorios y están preparadas para resistir al cambio climático porque han evolucionado en manos de campesinos, en los pueblos y comunidades como los mapuches y sus ancestros hace más de 15 mil años "y queremos que sigan así". Explicó que el resguardo de la semilla tradicional no pasa por un registro como el anunciado por el Gobierno como parte de la nueva ley Monsanto Bayer, porque este queda abierto para el uso de las empresas que las usarán para nuevos híbridos o transgénicos. "Lo que realmente necesitamos son políticas públicas que apoyen la investigación científica para recuperar las semillas tradicionales y devolverlas a manos de las comunidades", concluyó.
A su vez, Carolina Miranda, de la comunidad sustentable EcoVillage y Casa Chile preguntó a los diputados si insistir con el TPP en un modelo basado en cultivo semillas de laboratorio a escala industrial solucionará la escasez de alimentos que se viene con el cambio climático, o más bien será un simple negocio de las empresas que especularán con esa escasez. Concluyó que el CPTPP profundiza un modelo que nos está llevando a la autodestrucción. Carolina llevó a la sesión a su guagua de pocos meses y la amamantó antes de exponer. Los ecos de la movilización de los secundarios de FridayForFuture podían escucharse pero solo para oídos atentos al sentir de los y las jóvenes.
En las intervenciones quedó claro que el TPP11, al exigir la ratificación del convenio UPOV 91 de privatización de la semilla, obliga a reflotar la Ley Monsanto, requisito para implementar esa ratificación y criminalizar el libre intercambio, reproducción y conservación de las semillas realizado ancestralmente por campesinas e indígenas, para aumentar las ganancias de Bayer Monsanto y otros. Ese proyecto de ley, retirado por Bachelet por el rechazo social que provocó, ya ha sido retomado por el gobierno actual. La aprobación del TPP11, seguida de una nueva Ley de Semillas significará más migración rural, más plantaciones forestales y nuevos cultivos transgénicos con su paquete tecnológico de agrotóxicos, afectando gravemente la salud, y contaminando alimentos, agua, y ecosistemas.
Menos genéricos
Los impactos en la salud no se discutirán en el congreso. El TPP 11 amenaza la economía familiar encareciendo los medicamentos ya que se obstaculiza el acceso a genéricos usando trucos para aumentar la duración de las patentes, reconociendo incluso los años que duran en el extranjero lo que no ocurría hasta ahora. Entre las medidas provisoriamente suspendidas pero que pueden ser repuestas cuando vuelva Estados Unidos a ser parte del tratado, está la expansión de 5 a 8 años de la duración de las patentes de los medicamentos biológicos, usados para las enfermedades catastróficas. Ese aumento de la patente es uno de los argumentos que ha entregado el diputado Juan Luis Castro al anunciar en un video que se difunde en las redes, que votará en contra del TPP. El impacto es muy grave dado que el 26% del presupuesto público en remedios se destina a la compra de estos medicamentos, por eso los enfermos de cáncer y personas viviendo con VIH tendrían más dificultades para contar con remedios genéricos. Se permiten además "segundos usos" para revalidar patentes, lo cual hasta ahora no ocurría.
Entre las disposiciones que pueden ser repuestas si vuelve Estados Unidos en una época post Trump, está la criminalización de la descarga libre de información de internet o el colgarse de señales satelitales.
Amenaza sobre soberanía
En la práctica el tratado se constituye en un "congelador" de nuevas leyes y derechos a incorporar en la constitución o en nuevas leyes, y un candado para las luchas sociales orientadas a generar cambios de fondo, que podrán ser considerados "obstáculos al comercio" por el TPP. Una nueva constitución que permita recuperar los derechos arrebatados en materia de previsión social (NO más AFP), y el derecho humano y de la tierra al agua, tendría nuevas trabas al afectar las ganancias de los inversores en esos negocios. Si las comunidades logran detener un megaproyecto, o tras grandes movilizaciones se dictan leyes que castiguen efectivamente el daño ambiental y la destrucción de los territorios, la transnacional podrá demandar al Estado chileno por no cumplir sus "expectativas razonables de ganancia". Serían demandas unilaterales porque el Estado no puede demandar por daño ambiental y deberá defenderse en paneles internacionales que no respetan las normas del debido proceso y en los cuales las transnacionales tienen mayoría. Así pasó en Egipto, donde en 2012 la transnacional francesa Veolia logró con su demanda que el gobierno anulara el alza del salario mínimo durante la construcción de una represa. La soberanía nacional estará muerta y enterrada de aprobarse el Acuerdo Transnacional TPP.