[resumen.cl] Una nueva derrota vivió hace instantes el gobierno en funciones de Sebastián Piñera luego que la Comisión de Constitución del Senado diera luz verde en general al proyecto de tercer retiro de 10% de los fondos de AFP para palear de alguna forma la grave crisis que atraviesa el país. Ahora son varias las opciones en el Congreso, mientras el Gobierno mantiene su postura de enviarlo al Tribunal Constitucional.

La Comisión de Constitución de la cámara alta aprobó la idea de legislar reforma constitucional para el tercer retiro con los votos a favor de Araya, De Urresti y Huenchumilla y en contra Galilea y Ebensperger, votos en contra que no permitieron su discusión y votación en particular, por lo que los siguientes trámites legislativos (que se espera comiencen mañana mismo) son:

Votar la idea de legislar en la Sala (lo que sería mañana), volver a la Comisión de Constitución para votación en particular (que podría ser mañana dependiendo de la hora en que finalice la votación en Sala), después debe votarse en particular en la Sala (que debería ocurrir el jueves), de no haber cambios a lo despachado por la Cámara de Diputadas y Diputados se despacha para la firma del presidente, y de haber cambios -que es lo más probable- se votará nuevamente en la cámara baja

El proyecto permite un tercer retiro de un máximo de 150 UF y un mínimo de 35, dinero que no constituirán renta ni remuneración para ningún efecto legal y pudiendo solicitarse el retiro hasta un año después de publicada la reforma.

Cabe recordar que desde el Ejecutivo han anunciado que enviarán el proyecto al Tribunal Constitucional, por lo que hace falta saber si realmente se atreverán pese a las altas expectativas de la población, o se trata sólo de una brabuconada.

La medida, busca suplir de alguna forma el abandono en que encuentra buena parte de la población que no accede a los hiperfocalizados bonos o no tiene la capacidad de endeudarse.

Es por ello que la medida más urgente es una Renta Básica Universal y suficiente que llegue a toda la población que está forzada a tener que exponerse su seguridad sanitaria y la de su familia ante la necesidad de tener que seguir trabajando.

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Si bien desde el Gobierno se han negado a toda costa a una política como tal, desde el Congreso hay algunas voces que ya señalan lo imperioso de una medida como ésta, lo que no pasa más allá del discurso y no se ha traducido en ningún proyecto de forma concreta.

Pese a que la evidencia internacional enfatiza en esta política para asegurar la subsistencia de la población, eliminando la necesidad de exponerse a contagios, la clase política no ha impulsado acciones estructurales que hagan llevadera esta situación.

En este sentido, para evitar, por ejemplo, un transporte público lleno de gente yendo a trabajar, deben tener la seguridad que quedándose en casa podrán sostener la vida mientras dure la cuarentena que, por cierto, será más corta si se hace realmente efectiva, pues las cuarentenas han perdido efectividad al extenderse indefinidamente, produciendo a la vez un tremendo desgaste psicológico. Así, una Renta Básica Universal, vale decir para todo el mundo, sin postular, y suficiente, con un monto no inferior a $450 mil pesos, la cifra que el mismo Estado de Chile define como la línea de la pobreza (para una familia de cuatro personas), es una medida urgente para frenar la imparable ola de muertes que nos tiene cerca ya de las  33.373 personas fallecidas según el último Informe Epidemiológico del Deis.