Una compleja situación tiene movilizadas a apoderadas y apoderados del colegio Biobío de Concepción. Denuncian precarias condiciones infraestructurales que estarían impidiendo la estadía de los y las estudiantes en el establecimiento, asociadas a falta de electricidad y por ende de calefacción. Además, los constantes robos en el establecimiento han dificultado la entrega de alimentación al alumnado, lo que ha significado acortar sus jornadas escolares.

Por Juan Contreras Jara

Con clases intermitentes se encuentra el colegio Biobío de Concepción, entre otros, por la intermitencia en la electricidad y sus reparaciones en horario de clases. A esto le suman la total desprotección ante los últimos cuatro robos contra el establecimiento, que conlleva la suspensión de su acceso a alimentación.

Es por estos motivos que durante esta mañana, apoderadas y apoderados cortaron el tránsito en la intersección de las calles Chacabuco y Caupolicán, a las afueras del establecimiento, protestando contra lo que calificaron como condiciones indignas, tanto para el estudiantado y su acceso a la educación, como para el profesorado que no puede trabajar en esas condiciones.

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En conversación con RESUMEN, María Teresa Fuentes, vocera de las y los apoderados del colegio Biobío, comentó que, «presentamos diversas problemáticas que han impedido que el programa educativo se lleve a cabo, como también el alimentario. Hemos sido víctimas de diversos robos y esto, lamentablemente, ha impedido que los estudiantes tengan sus clases de manera óptima».

Otra de las falencias al interior del colegio Biobío, tiene que ver con la ausencia de calefacción. En este punto, Fuentes explicó que la situación se arrastra, «hace más de dos años, esperando un sistema que no funciona hasta el día de hoy, porque tenemos calefactores, pero no están activos».

La vocera hizo hincapié en los días que llevan sin electricidad en el colegio, pese a que el establecimiento se ubica en pleno centro penquista, a solo cuadras del Servicio Local de Educación Pública (SLEP) Andalién Sur, su sostenedor. «Hemos tenido, como familia, que ser la víctima de esta situación, de quedar siempre, como colegio del SLEP, a la cola, siempre atrás».

La precaria situación del establecimiento, la apoderada enfatizó que, «nuestros hijos no están teniendo educación de calidad y los profesores no están pudiendo llevar a cabo su programa educativo».