Ecuador en punto muerto: Lasso no cede al fin de Estado de Excepción, demanda indígena para iniciar diálogos

Las manifestaciones continúan y aumentan en Ecuador, así como la militarización en diversos puntos del país. Las partes contendientes, los movimientos indígenas por una parte y el gobierno por otro no ceden a diez días de las protestas. Se ha registrado un saldo de dos muertos y decenas de heridos. El gobierno de Ecuador ahonda la crisis este miércoles al rechazar el pedido indígena de derogar el Estado de Excepción en seis provincias incluido Quito, la capital ecuatoriana.

Por: Adrián Ríos Pincheira

El movimiento de protesta no cede en su demanda por la reducción de los precios de los combustibles, entre otras medidas que alivianen el costo de la vida en el país andino.

En el décimo día de movilizaciones, ya son aproximadamente 10.000 las y los indígenas asentados en Quito desde el lunes, junto a otros sectores han paralizado la ciudad echando mano a diversos medios para generar barricadas, mientras militares están apostados en la sede presidencial para su protección.

 

 

Leonidas Iza, líder de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) Leonidas Iza señaló con respecto al presidente Guillermo Lasso, que tiene las «manos manchadas de sangre», debido a la cruenta represión que denuncian los manifestantes.

 

 

Según datos de la Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos se registran dos muertos, además deben contabilizarse 90 heridos y 87 detenidos desde el 13 de junio a la fecha. Por su parte la policía informa 101 efectivos y soldados heridos.

 

La Conaie exige el levantamiento del Estado de Excepción que permite la actuación de los militares y el decreto del toque de queda nocturno en Quito. Iza ha señalado que está dispuesto al diálogo sin intermediarios, pero bajo la observación de organismos internacionales para garantizar resultados

Por su parte el ministro de Gobierno, Francisco Jiménez, señaló que : «No podemos levantar el Estado de Excepción porque eso es dejar indefensa a la capital, y ya sabemos lo que sucedió en octubre de 2019 y no lo vamos a permitir», su advertencia ratifica la línea represiva de la administración Lasso.

 

 

Esta situación contrasta con el avance de las manifestaciones de protesta en otros lugares del país. Este martes se registró el asesinato de un indígena quichua durante un ataque a instalaciones policiales en la localidad amazónica de Puyo, según información emanada del Ministerio del Interior. También se ha dicho que 18 policías están «desaparecidos» y otros 3 fueron «retenidos» por indígenas, añadió el jefe de la cartera, Patricio Carrillo.

La agencia de prensa francesa AFP publicó el malestar de los manifestantes, en boca de Olmedo Ayala, un indígena de 42 años que llegó a Quito desde la provincia de Cotopaxi quien señala que estamos «demasiado enojados con el gobierno», continúa diciendo: «Vivimos en crisis económicamente en el campo, ahí no hay desarrollo, no tenemos fuentes de trabajo, solo somos agricultores y nuestras mujeres (viven) de sacar la leche» pero cada vez reciben menos dinero por ello".

 

 

El contexto de la actual movilización marca el alza de los combustibles como el elemento gatillador. El diésel subió un 90% y la gasolina tuvo un alza de 46% durante el último año, aumentando el costo del transporte y con ello el aumento de todos los precios. Los indígenas aseguran que están cosechando a pérdida. Después de diez días de protestas, incluyendo el corte de vías, es notorio el desabastecimiento, en las calles se suma a estas demandas un efecto político, el grito de «¡fuera Lasso, fuera!».

La historia reciente de Ecuador conoce de movilizaciones que han logrado sacar presidentes, la misma Conaie participó o lideró revueltas populares que forzaron la salida de tres mandatarios del palacio de Carondelet: Abdalá Bucaram en 1997, Jamil Mahuad en 2000 y Lucio Gutiérrez en 2005. «Solo queremos Lasso fuera, porque no hace nada bueno (…) estamos sufriendo; estamos luchando», dijo la indígena María Vega (47).

En 2019, la Conaie protagonizó marchas que duraron dos semanas con un fatídico saldo de 11 muertos y más de 1.000 heridos en todo el país producto de la dura represión sobre la movilización.

Para mala suerte de Lasso, que cuenta por ahora con el apoyo de los militares, sus respaldos políticos son febles. El jefe de Defensa, Luis Lara ha cerrado filas en torno al gobierno, mencionando que hay un «serio riesgo» para la «democracia en Ecuador». «Las Fuerzas Armadas no permitirán que se intente romper el orden constitucional o cualquier acción contra la democracia y las leyes», remató acompañado de los mandos del Ejército, Marina y Fuerza Aérea.

En el ámbito diplomático, el jefe del departamento para América Latina de Estados Unidos, Brian Nichols, hizo un «llamado a todas las partes para que se abstengan de la violencia». En el mismo tono, la secretaría general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) llamó a las partes a «entablar un diálogo» a partir del cual «se aborden los reclamos», el funcionario continuó diciendo que «Es necesario que el sistema político dé inmediata respuesta en mejoras de subsidios, en la condonación de créditos vencidos, así como resolver el estado de emergencia en el sector salud y mejoras en el presupuesto de educación intercultural».

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