Lanzada en octubre de 1996, Hey Arnold! ha dejado una huella imborrable en la nostalgia de toda una generación, que no solo recuerda las historias de Arnold y sus amistades en la ficticia ciudad de Hillwood, sino también la profundidad de los temas sociales que abordaba. La serie exploraba desde la pobreza hasta la depredación inmobiliaria, lo que la mantiene vigente como un referente cultural.
Por J. Arroyo Olea
Aburrido de colocar podcasts o depender del algoritmo de Tik Tok para usar «de fondo» en la preparación de mis comidas, busqué entre mis recuerdos alguna serie que pudiera acompañarme. Lejos de «la novedad», caí en el bucle anual de nuevamente ver algunos capítulos de la ahora clásica serie noventera Hey Arnold!. Ahí, caí en el cálculo de que este mes se cumplieron 28 años del lanzamiento de dicha serie.
Con su primer episodio lanzado el 7 de octubre de 1996, la serie estadounidense creada por Craig Bartlett, Steve Viksten y Joe Ansolabehere marcó el inicio de un trabajo que hoy arrastra la nostalgia de una generación, que no solo recuerda aquella primera vez en que Arnold y Gerald, disfrazados de frutas, se pierden por las calles de Hillwood.
Te puede interesar| «Hey Arnold»: De la pieza soñada a la depredación inmobiliaria
Y es que el compilado de elementos de Hey Arnold! la constituye como un referente no solo en lo visual, sino también en su diversificación del contenido que aborda capítulo tras capítulo, profundizando en la realidad de una ciudad que arrastra desigualdades y, también, en la vida de esfuerzo, contradicciones y esperanzas de sus habitantes.
Así, la serie animada no muestra meramente las «travesuras» de un grupo de niños de educación básica, sino que aborda complejos fenómenos y situaciones que afrontan las infancias y también las y los adultos. Pobreza, los impactos de la guerra, el rol de la paternidad y maternidad, el analfabetismo en la adultez, la inseguridad y la depredación inmobiliaria son temáticas fundamentales que aborda profundamente la serie.
Puedes leer| Oskar Kokoschka: Cuando «Hey, Arnold!» dio una mirada al analfabetismo en la adultez
Todo esto, acompañado de paisajes llenos de colores, sonidos y construcciones -quizás inspiradas en los suburbios de Brooklyn- que conforman, en sí mismo, un contexto propicio que acompaña las historias, donde la musicalización elaborada por el compositor Jim Lang fue esencial.
Pues bien, si tiene un tiempo de descanso este domingo, más que recomendado disfrutar un capítulo aleatorio de esta serie. Y si no la ha visto, dele una oportunidad; no por nada el propio Craig Bartlett ha reconocido que Chile es uno de los países con mayores fanáticos de Hey Arnold!