En el marco del traspaso de gestión, administración y coordinación de las residencias sanitarias a nivel nacional, desde los Servicios de Salud a las Seremi, han quedado al descubierto distintas irregularidades en el Gran Concepción ligadas al aspecto sanitario y laboral, según trabajadoras y trabajadores de la salud a cargo del cuidado de pacientes covid positivos.
Por Juan Contreras Jara
Con el traspaso administrativo de las residencias sanitarias, iniciado a comienzos de julio, el funcionamiento al interior de los hoteles disponibles ha afectado directamente a sus trabajadoras y trabajadores, quienes denunciaron inestabilidad laboral y al menos 15 despidos al interior de residencias ubicadas en Concepción y Talcahuano, además del absoluto desinterés por sus críticas hacia el servicio, interpretadas desde la Seremi de Salud del Biobío a través de su coordinadora como "simples reclamos" y no como observaciones profesionales.
Las residencias sanitarias, que antes dependían del Servicio de Salud de cada comuna ahora funcionan a través de una coordinadora/or regional, que en el Biobío corresponde a la kinesióloga Fernanda Ordenes. Durante esta transición se han advertido problemáticas ligadas a la falta de seguridad para las y los trabajadores al interior de las residencias, despidos, falta de infraestructura (áreas limpias y de uso personal para las y los funcionarios), falta insumos, falta de fiscalización en los requisitos de ingreso, sobre carga laboral, entre otros.
Madeleine Morales es enfermera y hasta el 31 de julio trabajó al interior de la residencia sanitaria emplazada en el hotel Marina del Sol de Talcahuano. La profesional comentó a RESUMEN que "desde el Seremi me hicieron renunciar al contrato que yo había firmado con el Servicio de Salud la primera semana de julio y firmar un contrato nuevamente con ellos. Me la pintaron súper bonita porque me dijeron que me mantendrían el sueldo -porque la Seremi pagaba menos- y el contrato, el que obviamente se iba a extender porque nos informaron que la alerta sanitaria es hasta enero. El primer contrato por el Seremi iba a ser por dos meses y se irían extendiendo dependiendo de la alerta".
La trabajadora denunció absoluta descoordinación por parte de la nueva administración en cuanto a las labores asignadas a cada profesional al interior de las residencias sanitarias. "Al momento de que asumió el Seremi se cambiaron todas las funciones, ya no habían roles, pero para sacar la pega una se acomodaba igual. Nunca habíamos tenido problemas con insumos, pero desde un tiempo a esta parte, a veces había tunos donde ni siquiera teníamos guantes y cuando me pasaban esas cosas en mi turno yo lo informaba y la respuesta era no hay o no mandan. Para la coordinadora (Fernanda Ordenes) nosotros éramos conflictivos y solo reclamábamos. Ella decidió no renovar el contrato."
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En cuanto a la repartición de los espacios en la residencia del hotel Marina del Sol, que se arriendan por la Seremi por piezas, la profesional comentó que hay serias falencias en cuanto a las áreas limpias, que corresponden a los cuartos utilizadas por los y las funcionarias para su aseo personal y la desinfección de su equipo de trabajo.
La enfermera explicó que "había una para cinco pisos. Es un riesgo para el personal andar trasladándose por los ascensores con el EPP puesto (Equipo de Protección Personal). Como los hoteles ahora se arriendan por piezas, ellos prefieren tener una para un paciente que destinada como para el área limpia y eso lo decide la coordinadora del Seremi".
Residencias en Concepción
En la capital penquista la situación es muy similar, por lo menos en el aspecto laboral según expresaron desde la residencia sanitaria ubicada en el Hotel Alborada, donde la inestabilidad contractual y las posibilidades de quedar sin trabajo, dependen de tu nivel de aprobación a la gestión de la actual coordinadora del Seremi.
Uno de los profesionales de la salud de dicha residencia detalló que todas las medidas de seguridad que se mantienen en el hotel han sido propiciadas y regularizadas luego de las gestiones de los mismos trabajadores. "Por ejemplo no estaban contempladas por el Seremi que hubieran áreas limpias en todos los pisos, eso fue por insistencia nuestra, si no hubiéramos hecho nada no tendríamos áreas limpias. El Seremi lo que quería hacer era ocupar todas las piezas en pacientes. El pago se hace por pacientes no por infraestructura, mientras más pacientes más se le paga al hotel".
Consultado por la relación contractual con la Seremi, además comentó que "todos tenemos un contrato pero son mensuales y se van renovando dependiendo del desempeño de cada uno. Si hay algo que no está funcionando y la Seremi no da la solución es simple, te despiden, así le pasó a Madeleine y le pasó también a una doctora del hotel Rialto que reclamó por las áreas limpias y que este 31 de julio tampoco le renovaron".
Desde el personal de la salud hicieron hincapié también en la poca fiscalización que se hace de que pacientes puede ingresar a las residencias sanitarias. Dentro de los requisitos del Minsal para el ingreso está que presenten sintomatología respiratoria compensada, al igual que las patologías crónicas y que no tengan dependencia funcional y/o cognitiva, es decir, que no dependan de los y las enfermeras.
Ambas situaciones expresan, no se regulan y están ingresando pacientes con cuadros psiquiátricos, descompensados, postrados, con problemas motores o patologías que no correspondería tratar en una residencia sanitaria, sumado a las fugas y agresiones de pacientes a paramédicas.
Desde la residencia del hotel Alborada expresaron que "nosotros no tenemos ningún protocolo para enfrentar estas situaciones. Una vez se nos descompensó psiquiátricamente un paciente que estaba con agitación psicomotora grave, tuvimos que pedirle el apoyo a policías y el procedimiento se realizó mal, tuvimos que bajarlo en una especie de hamaca por la escalera, no había otra forma de sacarlo, tuvimos que envolverlo con sabanas para dejarlo en una ambulancia".
El viernes recién pasado les comunicaron la llegada de pacientes provenientes de un Establecimiento de Larga Estadía de Adulto Mayor (Eleam) cerrado recientemente en Hualqui, que implicaría el cuidado de personas que estarían fuera de los requisitos exigidos por el Minsal: "ese mismo día se nos dijo que esas eran las nuestras nuevas condiciones de trabajo y si no nos gustaba nos podíamos ir, esa respuesta nos dio la coordinadora".
Ordenes además habría tachado de "inhumanos" a las y los trabajadores que recién se enteraban de estos traslados, aludiendo a una supuesta negación de atención, pese a que en ningún momento se dejó de alimentar o controlar a los pacientes. El profesional de la residencia Alborada detalló que llegaron personas con "esquizofrenia, con retardo mental moderado severo y otros severos, pacientes de cuidado postrados, entre otros".
Madeleine Morales fustigó que "no se están haciendo filtros a los pacientes, están llegando pacientes que no están compensados y la residencia sanitaria es como una casa, no es un hospital. Esos pacientes necesitan otro cuidado, trasladan a adultos de 80 años que no saben ni ocupar el teléfono para comunicarse con nosotros en la recepción".
Las y los enfermeros coincidieron en que es necesario personal capacitado y adecuado para las necesidades de estos pacientes, "porque van a seguir llegando. Sería ideal que la habitaciones sean acondicionadas para ellos, barandas en las camas para que el personal no se exija al hacer el cambio de pañales o el aseo, todas esas condiciones no están dadas".
Con respecto a la falta de personal comentó que "por normativa, por cada 30 pacientes debería haber un técnico y un enfermero y hoy tenemos a 90 pacientes y tenemos solo dos en enfermeros y dos tens, así que tampoco se estaría dando cumplimiento de eso. Se requiere más personal. No es que uno no quiera atenderlos, pero las condiciones no son las adecuadas. Nos trataron de poco profesionales, pero solo pedíamos que las condiciones de los pacientes fueran adecuadas para ellos y para el personal, pero si tu reclamas no te renuevan contrato a fin de mes".