Jornada de Protesta Nacional: la irrupción de las asambleas territoriales
[resumen.cl] Tras el desarrollo de la Jornada de Protesta realizada a nivel nacional este 2 y 3 de julio, las asambleas territoriales dieron cuenta de diversas manifestaciones en el contexto de crisis sanitaria, irrumpiendo y consolidándose como instrumentos de organización popular.
Así, las asambleas territoriales, como actor político potenciado a partir de la revuelta social de octubre de 2019, continúa reafirmando su rol vital desde los barrios y comunas.
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Intervenciones públicas y culturales, cacerolazos en barrios y calles céntricas de las comunas, barricadas incendiarias y enfrentamientos con efectivos de Carabineros de Chile. Todo esto, y más, formó parte del repertorio de movilización que la población utilizó durante la reciente Jornada de Protesta Nacional (JPN) que se realizó en rechazo a la gestión que ha tenido el gobierno sobre la Covid-19.
Con un llamado diferente al realizado generalmente por las organizaciones, la JPN se constituyó no, necesariamente, desde la masividad, sino que desde la innovación en los modos de protesta social.
En este plano, las asambleas territoriales cumplieron un rol fundamental. No solo desde el llamado responsable y desde el autocuidado, sino que también desde la capacidad de convocatoria en los diversos puntos del país.
Cacerolazo en Talcahuano, 3 de julio de 2020.
Las asambleas territoriales han sido espacios de constante encuentro en los barrios y comunas del país. Durante la pandemia, entre otras cosas, han contribuido al apaleamiento de las consecuencias producto de las tardías respuestas del gobierno producto de la Covid-19.
En este sentido, su aporte en la reconstrucción del tejido social ha sido fundamental, trascendiendo a la organización realizada a partir de la revuelta de comienzos de octubre (2019) y constituyéndose como un actor político con una amplia base y perspectiva de crecimiento.
El Gran Concepción durante la Jornada de Protesta
En ambos días, los territorios dieron cuenta de expresiones de protesta de diversa índole, con un mensaje claro contra la gestión del gobierno liderado por Piñera.
En este sentido, los cacerolazos se instauraron como el método general de protesta convocado por parte de las asambleas territoriales, realizándose, primordialmente, durante la noche de ambas jornadas: horas antes del toque de queda.
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Talcahuano, Coronel, Hualpén, Chiguayante, Concepción y San Pedro de la Paz fueron comunas en donde el llamado tuvo una convocatoria en base a, principalmente, la demanda de una cuarentena digna.
De igual forma, la represión se hizo presente en ambos días.
Las manifestaciones estuvieron en gran parte custodiadas por efectivos de Carabineros de Chile. De forma desproporcionada, los agentes policiales hicieron detenciones arbitrarias en diversas comunas.
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Durante la noche del 2 de julio, la manifestación realizada en el sector de Las Golondrinas fue reprimida, dejando como saldo a 4 personas detenidas.
Por su parte, en la jornada del 3 de julio, pobladoras y pobladores presentes en el cruce Higueras en la comuna de Talcahuano también fueron detenidos en el contexto de protesta. En el lugar, uno de los gorros de Carabineros fue quemado por manifestantes.
Así, al cierre de la jornada, el Gran Concepción dio cuenta de decenas de intervenciones públicas que posicionaron la importancia de la organización social y el rol vital que han cumplido las asambleas territoriales en términos de irrupción en el campo político.
De igual forma, la base social con la que cuentan estos espacios organizativos es amplia y diversa; lo refleja su capacidad de convocatoria, la diversidad en su composición y la capacidad de innovación en las formas y modos de protesta.
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Al cierre de la edición, se confirmó la muerte de un joven haitiano de 21 años en el marco de las protestas desarrolladas en la comuna de Melipilla. La causa, confirmada por el general Enrique Monrás, jefe de zona de Carabineros Santiago Oeste, fueron impactos balísticos.
