Al espionaje contra organizaciones sociales, autoridades electas, grupos que realizaban ollas comunes durante la pandemia e incluso a un taller literario, ahora se le suma el seguimiento realizado por la inteligencia de las FFAA y la policía al Colegio de Profesores/as de Chile, antes y después del Estallido Social.
Por Juan Contreras Jara
Luego del masivo hackeo al Estado Mayor Conjunto, quedó al descubierto que el Colegio de Profesores y Profesoras estaba bajo el ojo de las FFAA y la PDI, quienes elaboraron informes relativos a parte de las actividades del gremio, desde manifestaciones, hasta las votaciones de sus paros, previos al Estallido Social.
Pero el espionaje al gremio docente no solo se remitió a sus decisiones internas, como la continuidad de su paralización en julio de 2019, sino que la PDI también mantenía vigilancia sobre el profesorado, siguiendo, por ejemplo, sus llamados a movilización nacional, donde se especificaba qué organizaciones participaban de ella.
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Dicho espionaje al Colegio de Profesores continuó iniciado el 2020, tras los primeros meses de Estallido Social. En concreto, desde el Estado Mayor Conjunto se siguieron las manifestaciones convocadas por las y los docentes en octubre de dicho año. Por ejemplo, en Santiago, donde se especificaba el lugar de la convocatoria, la cantidad de personas y la entrega de una carta en la oficina de partes de la moneda.
La misma situación ocurrió en octubre de 2020 con una convocatoria del Colegio de Profesores/as en Talca, donde el seguimiento fue similar.
Pero el espionaje a la actividad del gremio docente continuó durante este año. A través de un Informe de Guardia DID del 4 de enero de 2022, se reporta el seguimiento a una convocatoria a movilización nacional del profesorado, la que contó además con una calificación de criticidad media. Todo lo anterior formó parte del reporte diario realizado por el Estado Mayor Conjunto (EMCO).
Con los documentos expuestos tras el hackeo a más de 400 mil correos electrónicos del EMCO, se ha podido confirmar que bajo la doctrina de seguridad nacional, tanto desde las FFAA, como de las policías, se han realizado abundante seguimiento a distintas organizaciones socioambientales, mapuche, estudiantiles, de pobladores, talleres literarios o como en este caso, de profesores y profesoras.