La última arremetida militar israelí sobre territorio palestino -una de las más brutales desde la intensificación del genocidio iniciado en octubre pasado- pasó casi desapercibida debido a la disputa de dos finales de fútbol; la Eurocopa y la Copa América. Las cifras aún son inexactas debido a que entre los escombros quedan cuerpos sin identificar, pero a primeras luces habría superado fácilmente las cien muertes.

Por JC Contreras Jara

La ciudad de Al- Masawi, al sur de Gaza, fue uno de los blancos de los ataques israelíes del pasado fin de semana y en donde se concentró la mayor cantidad de muertos, según las primeras informaciones, más de noventa. La segunda arremetida fue contra una escuela de la UNWRA (en español, Agencia de Naciones Unidas para la Población Refugiada de Palestina en Oriente Próximo) ubicada en el campamento Nuseirat, destinado a las y los refugiados, que dejó 15 personas asesinadas.

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La masacre israelí ocurre a 9 meses de iniciada la arremetida militar más sangrienta y cruenta que haya presenciado el mundo en el último tiempo y que ya bordea las 40 mil muertes, de las que al menos 15 mil corresponden a niñas y niños. Además de ello, organismos internacionales ya dieron cuenta de que la hambruna está alcanzando niveles extremos, debido al bloqueo y destrucción de ayuda humanitaria por parte del Ejército de Israel, que además ha cortado suministros de agua y luz durante los meses de genocidio a la población gazatí.

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El último gran ataque perpetrado por Israel no solo dejó más de cien personas asesinadas, sino que dio cuenta de un nuevo crimen de guerra, luego de que atacaran una escuela de la UNWRA (United Nations Relief and Works Agency for Palestine Refugees), en español, Agencia de Naciones Unidas para la Población Refugiada de Palestina en Oriente Próximo.

Según indicó Philippe Lazzarini, comisionado general de la UNRWA, su sede en Gaza fue destruida, tras los ataques israelíes, dando cuenta de «otro episodio de flagrante desprecio del Derecho Internacional Humanitario». Lazzarini agregó que, «las instalaciones de la ONU deben ser protegidas en todo momento. Nunca deben ser usadas para objetivos militares o de combates».

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Desde su perfil de X, UNWRA publicó dos fotografías que dan cuenta del horror de la arremetida israelí durante estos 9 meses de genocidio. Por una parte, mostrando niños y niñas jugando en el establecimiento educacional y otra del lugar totalmente destruido, pese a que estaba siendo utilizado como zona para refugiados.

Pese a su magnitud, el último ataque israelí tuvo aún menos impacto que los meses de masacre que lo preceden. Y es que los ojos del mundo estaban en la final de la Eurocopa y de la Copa América, campeonatos que fueron, al menos comunicacionalmente hablando, el mejor desvío de atención para occidente de la realidad que padece la población en Gaza.

Foto principal: UNWRA