Mientras se vive una frágil tregua en el genocidio de Gaza, Israel ha aprovechado de acentuar sus ataques contra la población palestina de Cisjordania y Jerusalén.

Por Joaquín Pérez

La semana pasada, la mayor librería árabe de Jerusalén fue cerrada y sus propietarios encarcelados. La ofensiva de los colonos sionistas, fanáticos fundamentalistas religiosos y supremacistas raciales, no solo ha continuado durante la tregua de gaza, sino que, al contrario, se ha acelerado, con el apoyo de las fuerzas de seguridad de Israel.

La agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa) ha informado que la última macrooperación que está llevando a cabo Israel en el norte de Cisjordania, específicamente sobre el campamento de refugiados de Jenin, ha obligado a 40.000 palestinos a abandonar sus hogares.

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Durante su macrooperación en Jenin, el Ejército de Israel asesinó a 25 personas, entre ellas dos menores de edad (una bebé de dos años y un adolescente de 16).

Hoy, la operación que comenzó en Jenin, dos días después del último alto al fuego en Gaza, se ha extendido a los campamentos de refugiados de Tulkarem y Nur Shams.

"Las fuerzas israelíes están utilizando ataques aéreos, apisonadoras acorazadas y detonaciones controladas en Cisjordania, métodos incompatibles con el orden público. Estas tácticas militares han vuelto inhabitables los campamentos del norte, obligando a miles a un desplazamiento cíclico", denunció la agencia de la ONU. Agregan que "solo en 2025, Cisjordania ha recibido al menos 38 ataques aéreos".

En el campamento de Nur Shams, las fuerzas israelíes mataron a tres personas, entre ellas una mujer embarazada de ocho meses, según el Ministerio de Sanidad de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

Fuente: agencia suiza de noticias