Recientemente la empresa minera que busca explotar tierras raras en Penco anunció a inversionistas que avanzó a una nueva etapa en su proceso de evaluación ambiental. En esta columna, el director de OLCA, Lucio Cuenca Berger, cuestiona dicha información, planteando la presencia de información engañosa por parte de minera Aclara.
Por Lucio Cuenca Berger | Director del Observatorio Latinoamericano de Conflicto Ambientales – OLCA
El 19 de agosto de este año, la empresa minera Aclara Resources, que hoy opera en Chile manejando las concesiones mineras de REE UNO SpA y que busca explotar tierras raras en la comuna de Penco, difundió un comunicado a la opinión pública y sus inversionistas, donde maliciosamente anuncia: "El Módulo Penco avanza a la siguiente etapa de su proceso de permisos". Sin embargo, no solamente le entrega el nombre de su proyecto anterior -el mismo cuya tramitación ambiental fue abruptamente dada por terminada de forma anticipada al contener deficientes estudios-, sino que recae en otros vicios.
Previamente, este informativo fue ingresado al SEDAR (System for Electric Document Analysis and Retrieval) en Canadá, sistema que es parte de los Administradores de Valores Canadienses (CSA), donde las empresas que cotizan en dicho país, en este caso en la Bolsa de Valores de Toronto, están obligados a entregar toda la documentación que pueda ser sensible para el mercado y sus accionistas.
La empresa informa tendenciosamente que avanza a una "siguiente etapa" en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), donde se está evaluando el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto Minero de Tierras Raras de Aclara, al no haberse puesto término anticipado a ese procedimiento.
Lo que cabe mencionar sobre esta operación es que esa "etapa" no existe, la inventó la empresa. La minera entrega nuevamente información manipulada para manejar la percepción de los accionistas y la opinión pública, tratando de dar la sensación de que su proyecto avanza.
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El término anticipado de la evaluación de un proyecto es una atribución que la Ley Ambiental y el Reglamento del SEIA le entrega al Director/a Regional o al Director/a Ejecutivo del SEA, cuando el EIA "carece de información relevante o esencial para su evaluación que no pudiere ser subsanada mediante aclaraciones, rectificaciones o ampliaciones" (Art. 36 del Reglamento del SEIA), y esto lo puede hacer entre el día 1 y el día 40 del proceso. No es una etapa en el procedimiento.
Obviamente, luego de cinco intentos anteriores por obtener el permiso ambiental, en dos oportunidades se le aplicó esta norma (2016 y 2023). En las otras tres ocasiones, la minera desistió de DIAs y EIA antes de correr el mismo camino de rechazo. Alguien podría pensar que es algo para celebrar, pero en realidad esto habla de lo malo que es el proyecto, y del pésimo trabajo que hacen sus gestores.
Sin embargo, pese a la celebración de la empresa de una etapa inexistente, aprovechemos su autobombo para levantar un par de alertas. Llama la atención, en el proceso de evaluación en curso, que el SEA no haya puesto término anticipado a la evaluación ambiental del proyecto minero. Si bien ningún servicio lo solicitó explícitamente, por las preguntas y solicitudes de información que han realizado, se podría llegar a la conclusión que el EIA del proyecto de la empresa Aclara cumple con las condiciones para haber aplicado el término anticipado.
Por mencionar algunos ejemplos, se debiera pedir a la empresa tramitar la declaratoria de Interés Nacional para su proyecto de acuerdo al artículo N° 19 de la Ley Sobre Recuperación del Bosque Nativo, por afectación de especies protegidas parte de un bosque nativo o de su hábitat; tramitación que la misma Corporación Nacional Forestal (CONAF) dice que se debe hacer antes de ingresar un proyecto al SEIA.
Por otro lado, la empresa presentó en el Apéndice 10-3.4 del Anexo 10-3 del EIA actualmente en evaluación, 6 análisis sobre presencia de contaminación radioactiva, con certificados del año 2019. La Comisión Chilena de Energía Nuclear (CchEN), que realizó los análisis, detectó presencia de radionucleidos y su cantidad de radioactividad medido en Bq/kg, constatando que los resultados son a partir de muestras que entregó la empresa.
En el actual EIA, la empresa no da cuenta de esta posible contaminación y tampoco evalúa su posible impacto a la salud de la población y al Medio Ambiente.
Ante esto, el SEA pidió a la Seremi de Salud y a la CChEN, a través de una "Solicitud de informe adicional", entregar antecedentes de posibles efectos a la salud y al Medio Ambiente. Esto confirma la carencia u omisión de información para ponderar sobre estas posibles afectaciones.
Asimismo, la empresa Aclara dice tener un proceso minero ecológico, que ellos denominan "Cosecha Circular de Minerales", intentando asimilar la destructiva actividad minera a una inofensiva actividad agrícola de cultivo de lechugas.
La minera llama Zona de Disposición (ZD) al lugar donde va a depositar el material que queda luego de extraer con sustancias químicas el concentrado de Tierras Raras: lo que denomina ZD Neptuno (45,5 hectáreas) para lastre y arcillas lavadas. La empresa sostiene que estos residuos no serían contaminantes, lo que no es posible concluir con los análisis que entrega. Al analizar la calidad química y estabilidad química de las arcillas lavadas mezcladas con descartes, no se llega a información confiable sobre la toxicidad.
Así las cosas, Aclara sigue siendo poco clara, tanto para entregar información confiable al Sistema de Evaluación Ambiental que permita dimensionar los reales impactos de su proyecto minero, como con respecto a los reales avances de su proyecto en Penco, al difundir información engañosa a la opinión pública, a la comunidad, a los accionistas y a los reguladores en Chile y Canadá.