El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los derechos humanos de las Cortes de Apelaciones de Temuco, Valdivia, Puerto Montt y Coyhaique, Álvaro Mesa Latorre, sometió a proceso al exgeneral del Ejército, Santiago Arturo Ariel de Jesús Sinclair Oyaneder, además de los exuniformados del Ejército, Hernán Agustín Rodríguez Leyton, Víctor Hugo Hermosilla Reinoso, Luis Edmundo Riveros Soto y a la persona identificada con las iniciales H.W.C.R, como autores del delito de homicidio calificado, en su carácter de lesa humanidad, de José Gastón Buchhorsts Fernández. El crimen fue perpetrado en los faldeos del volcán Villarrica, entre septiembre y noviembre de 1973.
Por Darío Núñez
El exgeneral de Ejército se encuentra también procesado por la Matanza de Chihuío perpetrada en octubre de 1973 en la zona cordillerana de la provincia de Valdivia, episodio en donde fueron ejecutados y hechos desaparecer 18 trabajadores lugareños.
Además, en agosto del 2020 el ex vicecomandante en jefe del Ejército, exjefe del estado mayor presidencial de Pinochet, exintegrante de la Junta Militar en dictadura y ex senador designado (entre 1990 y 1998), fue condenado por la Tercera Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago a la pena de cinco años y un día de presidio por su responsabilidad en los asesinatos de otros 12 prisioneros del Complejo Maderero y Forestal Panguipulli ejecutados en la ciudad de Valdivia a comienzos de octubre de 1973, como parte del paso de la llamada Caravana de la Muerte por el sur del país. Condena que el ex uniformado aún no comienza a cumplir.
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En la presente causa (Rol 13-2013) el ministro Mesa Latorre ordenó la medida cautelar de arresto domiciliario total de los cinco procesados, esto, considerando "la naturaleza del delito, la pena asignada, la edad de los procesados y la situación sanitaria en que se encuentra el país".
La resolución indica además que "Atendido el mérito de los antecedentes, de los cuales se desprende que la libertad de los procesados constituye un peligro para la seguridad de la sociedad; teniendo en cuenta, también, la sanción legal probable de los delitos en que se les atribuye participación; y visto lo dispuesto en el artículo 363 del Código de Procedimiento Penal, no se les concederá el beneficio de la libertad provisional".
La víctima, José Gastón Buchhorsts, de 18 años de edad, se encontraba realizando el Servicio Militar Obligatorio en el Regimiento Cazadores de Valdivia, encuadrado en el escuadrón Morteros de esa unidad militar. El 11 de septiembre de 1973, José Gastón se encontraba en casa de sus padres, ya que en días previos había sido autorizada su salida.
Sin embargo, con el pasar de los días y por la situación que imperaba en el país, José Gastón no se presentó oportunamente en su unidad militar. Intentó presentarse en días posteriores siendo acompañado por su padre con la finalidad de explicar y excusar su no presentación. Al llegar a la guardia del Regimiento Cazadores, José decidió no entrar a éste, señalando a su padre que iría a realizar unas compras, pero no regresa a la unidad militar.
Producto de esta no presentación José Gastón Buchhorsts Fernández fue considerado "desertor" por la comandancia del Regimiento Cazadores que en aquella época estaba al mando del entonces coronel Santiago Sinclair Oyaneder, comentándose entre los soldados conscriptos y oficiales esta situación
El mando del Regimiento tenía organizada una patrulla especial al mando del teniente Luis Rodríguez Rigo- Richi, señalado como su grupo de confianza y que estaba designada específicamente para cumplir órdenes de patrullaje, detención, y allanamientos que eran ordenadas por el comandante del regimiento coronel Sinclair Oyaneder.
La patrulla de Rodríguez Rigo-Richi (actualmente fallecido), e integrada aproximadamente por 8 o 9 soldados conscriptos, salieron en búsqueda de José Gastón, deteniéndolo en la comuna de Villarrica. Acto seguido lo trasladan hasta el Regimiento Cazadores, donde fue visto en calidad de detenido por varios de sus compañeros que también cumplían el servicio militar; estos observaron que era custodiado por otros soldados, con sus manos atadas en la espalda y tirado en el piso de un vehículo militar al interior de ese recinto.
La misma patrulla al mando del teniente Rodríguez Rigo-Richi, fue la encargada de trasladar a José Gastón de nuevo hasta la comuna de Villarrica, con el propósito de buscar supuesto armamento en el sector, pues el propio Buchhorsts habría indicado aquello, recorriendo varios sectores en los faldeos del volcán Villarrica, sin hallar lo buscado.
Ante esta situación, el teniente Rodríguez ordenó al joven José Gastón excavar una sepultura y cada tanto lo obligaba que ingresara dentro de ella, ya que el propósito era hacerlo cavar su propia tumba. Una vez terminada, ordenó a los soldados conscriptos disparar en contra de Buchhorsts, efectuándolo todos los soldados presentes, ejecutándolo y enterrándolo en ese mismo lugar.
Varios soldados conscriptos del mismo Regimiento Cazadores de Valdivia, se enteraron que José Buchhorsts Fernández había sido ejecutado en los alrededores de la comuna de Villarrica, en particular los integrantes del escuadrón Mortero pues los reunieron a todos para hacerles saber de la muerte de José Gastón.
Pese a lo anterior y aun cuando el padre de José Gastón fue en reiteradas ocasiones a saber sobre la situación de su hijo, en el Regimiento Cazadores de Valdivia no se le entregó ninguna información sobre él, dándole respuestas evasivas, erróneas o ambiguas. Incluso le manifestaron que estaría en otro recinto militar de la misma comuna de Valdivia, concurriendo hasta ese lugar y no hallando entre los detenidos a su hijo.
Con el pasar del tiempo y al no tener noticias de José Gastón, varios otros familiares viajaron en reiteradas oportunidades a Valdivia, entrevistándose con un Fiscal Militar de apellido Manterola (actualmente fallecido) quien les señaló que a José lo habían llevado a un sector camino al Volcán Villarrica, pero al intentar escapar se le habría aplicado la Ley de Fuga, siendo ejecutado en el lugar y que su cuerpo habría quedado sepultado en ese mismo sitio, no informándoles la ubicación, ni permitiéndoles buscar su cuerpo.
Hasta esta fecha ningún funcionario público de las Fuerzas Armadas, en especial el mando del Ejército de Chile que se desempeñaba en la época de los hechos, ha dado algún antecedente a la autoridad respectiva en relación a lo sucedido con José Gastón Buchhorsts Fernández y la ubicación de su cuerpo manteniendo hasta el día de hoy ocultamiento de todo tipo de antecedentes sobre los hechos. Asimismo, según antecedentes del proceso, no hubo instrucción de investigación alguna respecto a los hechos que rodearon la detención y ejecución de José Gastón Buchhorsts Fernández, a pesar que según el acta de inscripción de defunción concurrieron a comprobarla el mismos teniente Luis Rodríguez Rigo-Richi y otros funcionarios del mismos Regimiento Cazadores de Valdivia.