Una denuncia pública realizó a Resumen una trabajadora de la pastelería Hugo Roggendorf, empresa perteneciente a una familia de inmigrantes alemanes con locales en distintos puntos del centro de Concepción y Santiago. La empresa solicitó un desafuero para, posteriormente, despedir a una garzona de una de sus sucursales penquistas, luego de enterarse de que estaba embarazada. 

Por Juan Contreras Jara / resumen.cl

Mitzy Retamal, estudiante de 25 años de edad, egresada de Pedagogía en Historia de la Universidad Católica de Concepción, ingresó a trabajar al local Roggendorf ubicado en la Clínica Universitaria en octubre de 2019, con la intención de juntar dinero para pagar su título universitario. Pese a que ingresó el año pasado, recién en enero de 2020 logró oficializar su relación laboral con la empresa, mediante un contrato a plazo fijo.

Este pacto vencería en febrero y posterior a ello estaba ya acordada la contratación de la trabajadora a jornada full time. Si bien el trato se concertó hasta el 29 de febrero por ambas partes, la empresa le notificó a Retamal el 15 de febrero, mediante una carta certificada, que había sido demandada en Tribunales Laborales por la pastelería Hugo Roggendorf.

La acción legal en contra de la joven persiguió no solo poder despedirla antes del plazo pactado, sino que también, negarle el fuero maternal que le correspondería a Mitzy por estar embarazada.

En conversación con Resumen la estudiante y trabajadora comentó al respecto, "nadie se acercó a mí para decirme, sabes te vamos a hacer una demanda o algo, solo me notificaron y el mismo día me llama la administradora solo para preguntarme si yo iba a ir a trabajar al día siguiente".

La aludida se enteró el 30 de enero que tenía cinco meses de embarazo. Luego de comunicar la situación a su supervisora, "me pidieron que llevara un papel médico que acreditara que yo no sabía que estaba embarazada. Ellos no creían que yo no me iba a dar cuenta de que tenía cinco meses de embarazo, que lo hice solo para asegurar el contrato".

El 13 de febrero, después de enterarse de su despido, la trabajadora explicó que realizó una reclamación por considerar el acto discriminatorio.

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Agregó además, que pese a ser despedida el trece de febrero, tuvo que ir de igual forma a trabajar durante la semana del 20 en adelante, lo que le reportó a la joven varias crisis nerviosas, debido al tensionado ambiente laboral luego de su despido.

Resumen se comunicó con la supervisora del local de Roggendorf ubicado en la Clínica Universitaria, pero expresaron que desconocían la denuncia de Mitzy y que no estaba autorizados para emitir mayor declaración.

Contactado el Gerente de la pastelería, Claudio Fariña , señaló a Resumen que "la Empresa en cumplimiento a las normas del Código del Trabajo y por tratarse de una trabajadora embarazada con un contrato a plazo fijo, solicitó al Juzgado del Trabajo de Concepción el desafuero de la trabajadora, desafuero que se encuentra en tramitación ante dicho Tribunal y por lo tanto la Empresa se remitirá a lo que los Tribunales decidan sobre el asunto."

La joven explicó que en su reclamación al Tribunal, señala que su desvinculación de la pastelería Hugo Roggendorf configuraba un acto de discriminación hacia sus derechos, un acto discriminatorio por ser mujer y estar embarazada.

Retamal fustiga contra la empresa, pues incluso «me ponían trabas para ir a mis controles de matrona o médico. Yo les pedía cambiar el horario de mis turnos y ellos me decían que no, que tenía que ir a los controles y volver inmediatamente al trabajo y además devolver las horas que me haya demorado".

Debido al actual contexto sanitario, todos los procesos judiciales están aplazándose más de lo normal. En el caso de Mitzy, el Tribunal no habría entregado una flecha para una nueva audiencia, por lo que la situación económica de Retamal se verá indudablemente afectada. "El juicio quedó ahí en standby, además el dinero escasea, no puedo ir a sacar licencia a un médico privado. Lo otro es que solo tengo dos meses de cotización, no me van a pagar nada". señala, a propósito de la posibilidad de acogerse al seguro de cesantía.

La trabajadora de 25 años de edad y cinco meses de embarazo, expresó que la exigencia que le hace a la empresa es que, "se hagan cargo de lo que ellos me dijeron, del trato que fue de palabra y por su puesto de mi fuero maternal. Que hago yo con una guagua recién nacida y sin dinero" finaliza.