PODCAST | Crónica de Ruperto Concha: Hambre

Por Ruperto Concha / resumen.cl

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Esos geniales millonarios del Foro de Davos parecen ser gente muy previsora. De hecho, conociendo el desastre económico y ecológico que se nos viene encima, ya están tomando algunas medidas para que la gente aprenda maneras de sobrevivir.

En Holanda, con financiamiento del Foro Económico Mundial, ya se iniciaron unos cursos especiales en las escuelas para enseñarles a los niños a comer gusanos, cucarachas, grillos, arañas y otros bichos, para asegurarse de ingerir suficientes proteínas cuando ya no se encuentren ni pollos, ni cerdos, ni pescados en los supermercados.

"¡Todo es cuestión de decidirse sin prejuicios!" les dicen los maestros. Los niños ponen cara de asco, cierran los ojos, y se tragan los bichos que, claro, están bien aliñaditos.

Algunos vomitan las primeras veces, pero de a poco se van resignando.

Eso, porque... "¡hay que prepararse para un futuro impuro y oscuro que ya casi, casi está maduro!"

 

 

El jueves pasado el prestigioso analista financiero estadounidense Tyler Durden publicó un importantísimo artículo en la revista digital Zero-Hedge, titulado "La Crisis de hambre de 2023 va a ser peor de lo que la gente se atreve a imaginar".

De partida, señala que, en estos momentos, en Europa, dos tercios de la producción de fertilizantes está paralizada por desabastecimiento de energía y falta de materias primas para las industrias del rubro. A eso se agrega la brutal pandemia de gripe aviaria que está matando millones y millones de pollos, pavos y otras aves domésticas en todo el mundo.

Las sanciones anti rusas por la guerra de Ucrania ya han restringido brutalmente el abastecimiento de productos agrícolas de Rusia, tanto de cereales como de fertilizantes. Un desabastecimiento que claramente se mantendrá durante mucho tiempo más. En síntesis, se está produciendo un desastre para la producción global de alimentos. Un desastre que se hará cada vez peor en los próximos meses.

Esta crisis de alimentación es el resultado de varias crisis que se están produciendo simultáneamente. Crisis por el cambio climático, crisis por presiones y manejos políticos y estratégicos, crisis por los manejos torpes de políticas financieras. Ya en lo que va de 2022 ha elevado brutalmente el número de seres humanos que están en situación de grave hambruna. Sólo al mes de junio pasado había llegado a 345 millones el número de personas que están sufriendo grave falta de alimentos.

Pero, señala Tyler Durden, eso es sólo el comienzo. Pronto serán miles de millones los seres humanos que no tendrán la alimentación necesaria para cada día. Y esa tragedia no causará mucha preocupación en el mundo de países ricos de Occidente... al menos hasta el momento en que la gente de esos países ricos también empiece a padecer de hambre.

Y, por desgracia para esa gente del mundo occidental, la crisis de hambre llegará también a ellos en un futuro mucho más cercano de lo que ellos se imaginan.

 

 

Carentes de las materias primas necesarias y con un precio exorbitante de la energía necesaria para elaborarlos, la capacidad europea de producción de fertilizantes no sólo afecta a los agricultores de Europa que verán su producción disminuida en cantidad y calidad. Ya el próximo año el desabastecimiento afectará también a agricultores y consumidores de muchos otros países que, a su vez, no podrán producir lo suficiente para abastecer de alimento a sus mercados locales, en casi el 40% del resto del planeta.

Y en la mayor parte del mundo, los países que necesitan importar alimentos se encuentran ahora estrangulados por la combinación de 3 factores: Primero, el aumento internacional de las tasas de interés sobre el crédito. Segundo, el alza continuada de la cotización del dólar, el valor del dólar, ante otras monedas, como en el caso de Chile en que el dólar se disparó de 800 pesos a más de mil pesos en sólo un par de meses. Y, tercero, el alza adicional del precio del dólar por el aumento de la tasa de interés impuesto por la Reserva Federal de Estados Unidos.

Con eso, por las llamadas "leyes del libre mercado", se produce un encarecimiento desmesurado de los productos agrícolas, que en la mayoría de los casos de economía neoliberal se proyecta sobre el público consumidor. Los productos que llegan son escasos y por lo tanto se vuelven exorbitantemente caros.

Eso inevitablemente se traduce en subalimentación para los pobres, y el descenso a la condición de pobreza, de muchas familias que eran de la clase media... esas familias tradicionalistas que se especializan, además, en tener numerosos hijos.

 

 

Simultáneamente, el cambio climático está provocando alteraciones desastrosas en las características tradicionales de las estaciones del año que afectan el crecimiento y la maduración de las siembras.

En China, por ejemplo, se produjo una sequía sin precedentes, jamás había habido registro de una sequía así. En Europa también hubo la más desastrosa sequía en más de 500 años y en la mayor parte del oeste de Estados Unidos se siguen sumando año tras años de una sequía que ya ha llegado a hacer que el gran río Mississippi se esté volviendo innavegable y que, según el diario Washington Post, el 80% de toda la agricultura del país esté en estos momentos en situación de sequía ruinosa.

Asimismo, la epidemia de gripe aviar ya ha provocado la muerte de unos cien millones de pollos y pavos en Estados Unidos y Europa, y, según los expertos avicultores, la pandemia de gripe aviar se hará aún más intensa con la llegada del invierno.

Y, en el próspero Estados Unidos, según una investigación de mercadotecnia respecto del comercio detallista, en estos momentos hay un 20% de familias estadounidenses que no tendrán cómo preparar la tradicional Cena del Día de Acción de Gracias, el próximo 24 de noviembre.

 

 

Se entiende así que incluso los súper millonarios del Foro de Davos ahora se estén sintiendo más que alarmados y acepten la posibilidad de que en un momento dado haya que comer lombrices, arañas o lo que sea.

Pero ¿cómo contempla la China esta oscura perspectiva del futuro inmediato que nos espera?

Hoy concluyó en Beijing, el Vigésimo Congreso del Partido Comunista Chino. Y, como se preveía, hubo acuerdo unánime de reelegir al presidente Xi Jinping para un tercer período como jefe de Estado.

Para muchos analistas, el apoyo abrumador a Xi Jinping resulta difícil de comprender, luego de la durísima política para erradicar por completo y totalmente la pandemia de COVID, que en el resto del mundo ya parecen dar por superada.

Las medidas anti COVID impuestas por Xi Jinping ante cualquier rebrote de la pandemia fueron extremadamente rigurosas y tuvieron un altísimo costo económico para la China.   De hechoimpuso bloqueo y aislamiento total en torno de inmensas ciudades y centros industriales como Shanghai, por ejemplo, afectando muchos millones de personas y paralizando enormes procesos de producción y comercio.

Ello, en momentos en que el crecimiento económico de la China estaba representando en términos muy reales el nacimiento de una alternativa de globalización multipolar que podría alterar en su totalidad la convivencia de las naciones y su economía.

De hecho, el gobierno de Xi Jinping estaba consciente de que el crecimiento económico de China este año post COVID podría ser muy pequeño. Casi desalentador. De hecho, el gobierno había establecido inicialmente alcanzar un 5,5% de crecimiento económico, pero ya se admite que posiblemente llegará sólo al 3%. O sea, un aumento neto de la riqueza de China del orden de los 600 mil millones de dólares y no de los 900 mil millones que habían sido planificados.

¿Qué se conversó sobre ese tema?… Por supuesto, sólo pueden hacerse conjeturas.

 

Pero, resulta claro que, para los 2.296 delegados participantes, el costo económico de erradicar cualquier brote de COVID se justificaba plenamente.

Como fuere, el recién pasado viernes 21 de octubre, varios muy importantes medios de prensa de todo el mundo dieron una noticia inesperada y extremadamente alarmante.

Según la versión del periódico Asia Times, el gobierno de Joseph Biden había dado importante financiamiento a la Universidad de Boston para que en sus laboratorios de microbiología se desarrolle un procedimiento para producir una variante artificial del virus SARS-CoV-2 Omicron.

El virus Omicron del COVID se caracteriza por ser extremadamente contagioso y capaz de enfermar incluso a personas que han sido plenamente sometidas a todas las vacunas.

Sin embargo, ese virus provoca síntomas leves y con casi cero efecto de muerte.

Pues bien, el muy grande aporte financiero del gobierno al equipo de investigadores de la Universidad de Boston apunta a que ese grupo científico habría logrado crear una variante del virus Omicron, insertándole un elemento genético que lo transforma en un híbrido extremadamente letal, capaz de matar al 80% de los contagiados, pero a la vez, manteniendo su capacidad de reproducirse velozmente y contagiar incluso a las personas que están vacunadas.

No se sabe qué suma de dinero aportó el gobierno de Biden para el desarrollo de aquel virus asesino. Pero incluye los honorarios de 23 biólogos superiores, de altísimo nivel científico, y de un número indeterminado de otros biólogos investigadores al servicio de cada uno de ellos.

¿Para qué Estados Unidos quiere desarrollar esos virus?… ¿Cuánto peligro encierra desarrollar esos microorganismos asesinos?… ¿Qué ocurriría si uno de esos virus logra escapar y se reproduce?

 

Bueno, habrá que confiar en la bondad del corazón de Joseph Biden y su equipo de gobierno, y, por supuesto, en que todos sean suficientemente inteligentes y cuidadosos.

Y que no caigan en la desesperación si las elecciones parlamentarias del próximo 8 de noviembre, en que la mayoría de las encuestas prevén un triunfo claro de la oposición. El apoyo al presidente Biden no pasa del 40%, y un 57% anuncia su intención de votar por los candidatos republicanos.

En la Cámara Baja, o Cámara de Representantes, se prevé que la oposición republicana logrará una mayoría de 221 contra 176 representantes demócratas. En el Senado, en cambio, se prevé un empate o una ventaja leve, de uno o dos escaños para los republicanos.

¿Quedarán muy resentidos los perdedores, incluyendo al ucraniano Wolodomir Zelenski?

 

 

Hasta la próxima, gente amiga. Cuídense. ¡Hay peligro!

Pero cada vez hay más gente que se está dando cuenta de que vale la pena pensar.

¿Consentir que siga habiendo hambre? ... Ni en broma. El hambre no es ninguna broma.

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