Precios de canasta básica de alimentos se han incrementado en 17,3% durante el último año

El alza en el precio de la comida es uno de los golpes más duros a la clase trabajadora. Según datos del Ministerio de Desarrollo Social, en mayo de 2022 el precio de la canasta básica de alimentos registró un alza de 17,3% en comparación a mayo de 2021, siendo las alzas más importantes la de los entre las principales estuvo el caso del tomate, la cebolla, el azúcar y la zanahoria.

Por Alejandro Baeza

La canasta básica de alimentos es un ítem estadístico desarrollado por el Estado que establece el consumo promedio de los hogares chilenos de las provisiones elementales para el sostenimiento de la vida en cuanto a ingesta de energía y proteínas.

Entre sus elementos se encuentran alimentos como el pan, cereales , carne, pescado, productos lácteos, huevo, aceites, frutas, verduras, azúcar, té, café y otras.

En mayo de este año, este ítem alcanzó un valor de $56.095 por persona, lo que representa un aumento de 17,3% en los últimos 12 meses, es decir, comparando con mayo de 2021, donde llegaba a $47.837. Los alimentos que registraron las alzas más importantes este año fueron el tómate (61,2%), el azúcar (29,6%) y la cebolla (20,2%).

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La canasta básica de alimentos es el parámetro que estableció el Gobierno para la entrega del aporte complementario para suplir el alza que vayan teniendo los alimentos, incluido en la negociación por salario mínimo.

 

La necesidad de establecer soberanía alimentaria efectiva y potenciar producción local

Actualmente, miles de hectáreas aptas para la agricultura en Chile son destinadas fundamentalmente a la producción de uvas y otros frutales o plantaciones forestales para la producción de pulpa de celulosa y papel con miras a abastecer mercados internacionales.

El mercado interno le parece muy pequeño al agronegocio, por eso, para aumentar sus ganancias, se opta por la exportación. El problema, sin embargo, de este modelo es que no considera en ningún momento aspectos como la soberanía alimentaria de los pueblos. Por lo anterior, dependemos de las importaciones para poder producir el alimento base de nuestra dieta. Esto, al grado que cerca de la mitad del trigo para nuestro consumo interno debe ser importado, principalmente desde Argentina y Canadá.

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En conversación con Resumen, Rubén Díaz del Centro Agroecológico Longaví explica que «la fragilidad en su conjunto del sistema agroalimentario es que tiene volcadas sus miras en producir para exportar, y la crisis está en relacion directa con eso, en movilizar grandes volúmenes de comodities y mercancías de un lugar a otro. Cada vez es un problema que no se resuelve, con la pandemia los puertos y los sistemas de bodegaje están colapsados, osea las mercancías en el planeta tienen serios problemas físicos de distribución porque está todo colapsado»

Rubén apunta a establecer una soberanía alimentaria que garantice la alimentación de la población de distintos territorios, con producción local, descentralizada y con costos de producción y distribución más baratos.

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Cabe recordar que a nivel mundial, la producción agroindustrial es superada con creces por la producción campesina tradicional. Según un informe del Grupo ETC de 2017, «El 70% del mundo obtiene comida de la red campesina alimentaria, que trabaja con solamente el 25% de los recursos».

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