En Chile hace 2 años atrás existían 5 millones de habitantes que no habían terminado sus estudios básicos ni medios. (Mineduc,2022), hoy existen 4 millones 600 mil habitantes chilenos que aún están en esta misma condición. (Mineduc, 2024). Es un gran número considerando que somos 17.574,003 millones de habitantes en Chile (Censo, 2017), y se estima actualmente que somos alrededor de 20 millones de personas según lo publicado por Statista Research Department, el 12 de septiembre. Es decir, de acuerdo al último Censo, el 28,5% de los habitantes del país, están sin sus estudios medios terminados y si tomamos los valores aproximados del Statista Research Department, hoy el 23% de nuestra población chilena aún está en esta misma condición.
Por Teresa Jotar Aliaga*
Pero miremos el vaso medio lleno, en 2 años 400.000 habitantes obtuvieron sus estudios medios y hoy ven con mayor optimismo su vida, ya que pueden proseguir estudios superiores, o pueden mejorar sus condiciones laborales o simplemente, aumentaron su autoestima, porque pudieron darle un vuelco al destino y se cobraron una deuda con la vida.
¿Quiénes están detrás de estas 400.000 mil personas que cambiaron sus vidas y le dieron un propósito a su destino elaborando un proyecto de vida más auspicioso, más digno y gratificante?
En Chile existen 51 Redes de Educación de Personas jóvenes y adultos (en adelante EPJA) de Arica a Tierra del fuego, con 588 Centros de Educación para jóvenes y adultos y terceras jornadas nocturnas que trabajan en establecimientos tradicionales de educación.(X Congreso Nacional e Internacional EPJA, Chillán, 2024)
No puedo ser arrogante ante el éxito de estos 400 mil habitantes que han completado sus estudios, pues existe la modalidad flexible y la validación de estudios entre otras. Pero sin duda alguna, somos un eslabón importante en la solución de este problema país. Solo en el establecimiento en el cual trabajo desde el último Censo (2017) hemos contribuido con 1578 egresados, y somos un solo Centro de Educación Integral de Adultos (CEIA) de los 588 Centros que existen en el país. Lo que ¿Da para pensar verdad?.
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¿Quiénes son nuestros estudiantes?, Son jóvenes de 14 años a los 80 y tantos años, (la edad máxima no está definida), son personas que, por uno u otro motivo, fueron desvinculados o se desvincularon de la educación tradicional. Los más jóvenes, por lo general son aquellos estudiantes que no los puede atender la educación tradicional, porque se salen de la "norma", no pueden con ellos, y los envían a la tercera jornada, si es que el establecimiento cuenta con esta opción, o simplemente les sugieren que se vayan a un CEIA, siendo ambas ofertas educativas dentro de la EPJA. Los más mayores son hombres y mujeres, trabajadores, dueñas de casa con una baja autoestima que les ha pesado toda la vida, porque "no son capaces", "son malos para estudiar", "no les da la cabeza". Y como broche de oro, pertenecen a los estratos más vulnerables de nuestra sociedad.
Estos son los jóvenes y adultos que atiende un CEIA y Tercera Jornada a lo largo de todo Chile, sin embargo, somos invisibles.
Llevo 23 años al frente de un CEIA, desde el año 2007 a la fecha he visto como desde el Ministerio de Educación, el área dedicada a los Jóvenes y Adultos ha trabajado incansablemente para sacarnos de la oscuridad. Pero ¿Han tenido resultados? pues claro que sí, la pelea ha sido incansable y los logros han sido muchos, sin embargo, contamos con la subvención escolar más baja del sistema educativo, es decir, hay una discriminación dentro de los estudiantes chilenos, hay estudiantes de primera categoría, con más subvención y estudiantes de segunda categoría, con menos subvención.
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Nuestra realidad es muy diferente a la educación que podemos denominar tradicional, nuestros estudiantes no pueden asistir todos los días a clases, algunos trabajan en turnos, otros deben cuidar a sus hijos que se enferman, mamás que deben tener a sus bebés, y después vuelven a clases con ellos en los brazos, otros deben salir de la comuna en busca de oportunidades para mantener a sus hogares y se van por un tiempo y luego vuelven, en fin, podría enumerar mil casos diferentes más. Entonces puedo decir que nosotros no trabajamos con la diversidad, sino, vivimos la diversidad. Lamentablemente a pesar de que convivimos con esta diversidad, estudiantes jóvenes y adultos con necesidades educativas especiales y prioritarias, obtenemos la subvención más baja y además pagada por asistencia. Increíble ¿verdad? Nuestros estudiantes no faltan a clases porque quieren, ellos decidieron estudiar, por lo que no pueden tener el mismo trato que se tiene con los estudiantes a quienes sus padres los envían a estudiar, y nos siguen pagando por asistencia. ¡¡AH!! y se me olvidaba. Hay una Subvención para Estudiantes Preferenciales de alta vulnerabilidad y adivinen ¡¡que!!, la EPJA no está considerada, a pesar de que todos nuestros estudiantes son preferenciales de alta vulnerabilidad social, emocional y/o cognitiva.
Somos invisibles y hoy hay un Proyecto de ley de Reingreso para atender a jóvenes de 12 a 21 años de edad, una modalidad nueva.
"Se crea por primera vez una modalidad especialmente diseñada para los niños y jóvenes excluidos del sistema escolar. Hasta ahora solo tenían la posibilidad de incorporarse a la educación de adultos si querían terminar su trayectoria escolar, por lo que las necesidades propias de estos estudiantes quedaban desatendidas. Esta nueva modalidad se hace cargo de ese obstáculo generando espacios propios con apoyos pedagógicos, socioemocionales y técnicos diseñados específicamente para ellos", (Mineduc, 2021).
Esto lo lleva haciendo la EPJA desde hace más de 17 años.
"Estos jóvenes invisibilizados por nuestra sociedad ya no pueden seguir esperando, hoy sabemos que por efectos de la pandemia muchos jóvenes también se nos están quedando atrás, por lo tanto post pandemia tener la creación de la modalidad de reingreso y tener este proyecto de ley aprobado en términos de financiamiento, va a dar reales oportunidades y posibilidades para que ellos vuelvan, recuperen sus trayectorias educativas y sigan proyectando su futuro". (Liliana Cortés, Fundación Súmate, 2017).
Vuelvo a insistir, esto lo lleva haciendo la EPJA desde hace más de 17 años.
La EPJA, ha existido hace más de 80 años, atendiendo con eficiencia a personas adultas, si lo tomamos desde la perspectiva histórica y desde el año 2007 a la fecha, atiende a jóvenes entre los 12 y 21 años. Además de los adultos ¿que señala esta nueva modalidad?
la Sra. Cortés, señala que son "jóvenes invisibilizados por nuestra sociedad, que ya no pueden seguir esperando" y presentan como una gran solución, "un programa de "aulas de reingreso", que dada nuestra experiencia de quienes hemos tenido al interior de los establecimientos este sistema de "aula de reingreso", no ha sido efectiva.
La EPJA si tiene estrategias demostrables, nos avalan instituciones universitarias como la RUEPJA la Red Universitaria para la EPJA, representadas por: la Universidad de Playa Ancha-UPLA (Programa Disciplinario de Educación de Jóvenes y Adultos), Universidad de La Frontera-UFRO (Línea de Educación de Personas Jóvenes y Adultas, Departamento de Educación), Universidad de La Serena-ULS (Departamento de Educación), Universidad de Antofagasta-UA (Observatorio de Educación para la Innovación), Universidad de Los Lagos (ULAGOS), quienes en el X Congreso EPJA Nacional e Internacional (sí, tal como leyó diez congresos reales de trabajo a nivel nacional e internacional) realizado en Chillán el pasado mes de Octubre, en donde estas universidades dieron su apoyo a nuestro trabajo profesional el que se enfocó en el Perfil del Docente EPJA (que no es cualquier perfil).
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En la EPJA las estrategias de enseñanza aprendizaje están individualizados para cada tipo de estudiante, por lo que las estrategias de retención escolar y las de convivencia escolar en donde el diálogo y la metacognición debe hacerse cargo de sus decisiones, ya sean buenas o malas están muy lejos de las estrategias punitivas de la suspensión ni menos de la expulsión. Trabajos de Investigación, Convenios firmados con Instituciones de Educación Superior para la continuidad de nuestros estudiantes e incluso este año tuvimos la sorpresa de la Primera Edición de un libro escrito por la RED de Malleco, que habla sobre nuestra Historia EPJA. Que no es el único libro que se ha publicado en los últimos años.
Sin embargo, somos invisibles, a pesar de los estudios que señalan que, "La educación de personas jóvenes y adultas es un derecho humano y es la puerta al ejercicio de otros derechos. La educación es la respuesta a problemas cruciales del mundo actual, que se expresan de manera global e interconectada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la UNESCO, están completamente ligadas a la educación y al aprendizaje permanente de calidad de toda la población. La EPJA es la clave para garantizar el desarrollo individual, comunitario y la construcción de sociedades más justas" (GIPE 2018).
Somos reconocidos internacionalmente como "una institución que cumple un papel relevante en diversos aspectos de la vida individual y comunitaria, tales como: salud y bienestar; empleo y mercado de trabajo (incluidos los medios de vida sostenibles); justicia y democracia; asuntos sociales, ciudadanos y comunitarios; arte y cultura; nuevas tecnologías y redes sociales" (Campero, C. 2018).
Sin embargo, somos invisibles, a pesar del gran esfuerzo de área de la EPJA del Ministerio de Educación, que siempre la reconoceré, porque he crecido junto a ellos, ocupamos un lugar secundario con relación a la educación que se dirige a la niñez y a la juventud que actúa dentro de la "norma".
A pesar de lo expuesto, que suena tan desalentador, quisiera terminar con algo positivo, existe una sola voz al interior de estas 51 redes EPJA a lo largo del país, somos los artífices de cambios en las personas que participan en nuestros procesos socioeducativos, cambios que se transmiten a sus familias y/o entornos, trabajamos de verdad la inclusión escolar y nuestros estudiantes lo agradecen, se sienten importantes, tomados en cuenta, ya dejaron de ser "malos para estudiar", ya no son "duros de cabeza", ahora "la cabeza sí les da", se les apoya de manera interdisciplinaria, en donde profesores, educadores, psicólogos, trabajadores sociales, técnicos, administrativos y auxiliares de servicio, apoyan a los jóvenes en su vida social, afectiva y educativa, fomentando en ellos la continuidad educativa y el empleo. Fortaleciendo vínculos, reparando almas y corazones dañados, saliendo desde este recorrido fortalecidos, orgullosos y empoderados ante la vida una vez que egresan de nuestras aulas. Esa es nuestra satisfacción, es nuestra mayor recompensa, escuchar sus relatos de vida antes y después del CEIA, sus agradecimientos, su emoción la cual llena el alma de todo profesor inserto en esta cultura de la EPJA.
* Profesor especialista en EPJA -UFRO. Magíster en Educación. U. Andrés Bello. Magíster en Gestión y Administración Educacional U. Mayor. Magíster en Educación Universitaria. UCSC. Diplomada en Neuroeducación. Diplomada en Formación de Directores CPEIP/ U. Del Desarrollo.