El gobierno de Gabriel Boric, que, entre otros, llegaba con el pomposo anuncio de ser el primero ecologista de Chile, sigue dando de qué hablar en materia ambiental. A la firma del TPP11 y el impulso del Hidrógeno Verde como energía supuestamente renovable, ahora se le suma la decisión de eliminar la Unidad de Glaciología y Nieves por parte del Ministerio de Obras Públicas, traspasando sus atribuciones a la División de Hidrología.

Por Juan Contreras Jara

A través de una resolución exenta, este miércoles, el MOP, por medio de la Dirección General de Aguas (DGA), comunicó la decisión de cerrar la Unidad de Glaciología y Nieves, instituida durante el primer gobierno de Bachelet y que representaba una de las pocas herramientas institucionales en pos de la protección de los glaciares, ante la falta de una ley que regule esa situación.

Sobre las posibles implicancias de esta decisión, Lucio Cuenca, parte del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales y de la Coordinadora de Glaciares, explicó que, «con la actual crisis climática, se fragilizan aún más estos ecosistemas. Tomar medidas en la dirección contrarias a la protección de los glaciares, medidas burocráticas por decisiones presupuestarias, nos hace retroceder o al menos, quedamos empantanados en el mismo lugar en el que estamos ahora, que es de desprotección».

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La decisión surge a raíz de la reforma al Código de Aguas de abril de este año, la que podría afectar directamente la protección de estas reservas de agua en nuestro país y en general, en Sudamérica, considerando que la reserva más grande de glaciares (casi el 80%) se encuentra en territorio nacional, según comentó Lucio Cuenca.

Sobre la importancia de los glaciares, Cuenca enfatizó en que, «no son solo agua congelada, los glaciares son parte de un patrimonio, ecosistemas que no solamente son agua congelada, sino que son la memoria histórica de la evolución del planeta, son reguladores del clima y la temperatura del planeta, pero, además, hay vínculos culturales en los territorios respecto de estos ecosistemas. El problema no se puede reducir a la cantidad de agua que nos entregan los glaciares, porque son un ecosistema mucho más complejo que una provisión de agua».

Lo cierto es que con esta determinación por parte del MOP, a todo esto, inconsulta, y la inexistencia de una Ley de Glaciares, exigencia que viene movilizando a distintas comunidades hace más de 10 años, estas gigantes masa de hielo y nieve quedan desprotegidas, por ejemplo, ante intereses mineros. 

Lucio Cuenca concluye que antes de la creación de la Unidad de Glaciología y Nieves, «la DGA no se preocupaba por la conservación de los glaciares. Cuando debiéramos profundizar en un instrumento legal por la protección de glaciares, tomar estas medidas solo hace crecer la amenaza contra los glaciares. Es un despropósito lo que ha hecho el Ministerio de Obras Públicas».