50 Años: Los ciudadanos españoles asesinados por la dictadura chilena

La lista de ciudadanos españoles ejecutados o desaparecidos durante la dictadura militar en Chile, constituye un listado por construir, primero que nada, porque solo podemos contabilizar como ciudadanos españoles a aquellos nacidos en territorio español, ya que la dictadura franquista negaba la ciudadanía a los hijos de los miles de ibéricos llegados a Chile tras el fin de la Guerra Civil.

Por Joaquín Pérez

Tenemos certezas de algunos hijos de refugiados y migrantes, asesinados por la dictadura militar chilena, hijos de españoles, catalanes o vascos, ejecutados o desaparecidos como el socialista José Tohá, ministro del Interior y Defensa de Allende, cuyo padre, José Tohá Soldavilla, provenía de la localidad de  Suterranya, en el Pallars Jussà,  provincia de Lleida, en Cataluña, muerto por las torturas dado por los golpistas (15 de marzo 1974).

Como Antonio Elizondo Ormaechea, militante del MAPU, hijo de vascos, detenido y desaparecido junto a su compañera el 26 de mayo de 1976, o Juan José Boncompte Andreu, militante del MIR, hijo de catalanes y asesinado en Valdivia el 24 de agosto de 1984.

En Chile la palabra "Coño" es el símil de "Gallego", en Argentina se identifica en general a todos los peninsulares llegados a estas tierras. En tanto, el MIR chileno tuvo dos jefes militares apodados así: El "Coño" Bordas (muerto el 7 diciembre 1974) y "coño" Villavela (muerto el 7 septiembre 1983), caídos en la lucha de resistencia contra la dictadura.

¿Algún día las autoridades del Estado español indagarán sobre los hijos de su exilio, ejecutados o desaparecidos en Chile? Es un reconocimiento que se merecen. Mientras tanto, exponemos la lista de los cuatro ciudadanos y una ciudadana reconocidos hoy oficialmente.

Joan Alsina Hurtos, nació Castelló d'Empúries, Gerona, Cataluña el 28 de abril de 1942. Hijo de una familia muy católica, que además de Joan tenían dos hijos más Miquel y Maria.  A los 4 años ingresó al Colegio de las Carmelitas, tres años después, pasó al Colegio Nacional.  A los 11 años Joan ya pide a sus padres ingresar al seminario de Girona, donde posteriormente asistirá, siendo ordenado sacerdote el 12 de septiembre de 1965. Destinado un tiempo a la localidad de Malgrat de Mar, Joan decide trasladarse al Seminario Hispano Americano de Madrid para ir a misiones, lo cual era su deseo.  Su primer destino es Chile, donde llega pensando en estar 10 años evangelizando entre sectores obreros.

Joan llegó a Chile el 30 de Enero de 1967, se instaló en San Bernardo, al sur de Santiago, a vivir a una comunidad de sacerdotes catalanes. Ejercía su ministerio en la Parroquia San Ignacio de San Bernardo y como trabajador en el Hospital San Juan de Dios en Santiago al momento del Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, donde además era dirigente sindical.

Joan había hecho profundas amistades en Chile, se había convertido en un cura obrero, como varios que conformaron en aquellos años el "movimiento de cristianos por el socialismo" en apoyo a las luchas y transformaciones sociales que ocurrían en Chile.  En este contexto del mundo del trabajo es donde se vincula políticamente a compañeros del MIR.

Desde el Hospital, Joan junto a sus compañeros pudieron ver el bombardeo a la Moneda, el 11 de septiembre de 1973, y más tarde recibir a los heridos que llegaban desde diversos lugares.

El 16 de septiembre una patrulla militar llega hasta el Hospital San Juan de Dios en Santiago, allanando sus instalaciones y deteniendo a 7 trabajadores, Joan estaba libre aquel día y a su regreso al Hospital sus compañeros le aconsejaron que se refugiarse en alguna embajada.  Joan toma la decisión no solo de permanecer en Chile, sino además de seguir trabajando en el Hospital, ayudando a los más necesitados, en momentos especialmente duros.

El 18 de septiembre por la noche, presintiendo su detención, Joan redactó un escrito conocido como "El Testamento de Juan Alsina", en el que deja constancia de los motivos de su entrega. Entre otras, escogemos tres frases que escribió de su puño y letra: "si el grano de trigo no muere, no da fruto, pero si muere da mucho fruto".  Frase que más de 10 años más tarde retomara Luisa Toledo, una pobladora de Villa Francia en Santiago, muy cercana a las comunidades católicas de base, cuando el 29 de marzo de 1984 le asesinan a dos de sus hijos: Rafael y Eduardo Vergara Toledo.

El 19 de septiembre, militares pertenecientes a un Batallón del Regimiento Yungay de San Felipe vuelven al Hospital San Juan de Dios y llevan nuevos detenidos, ahora si entre ellos está el cura obrero Joan Alsina.  Trasladado hasta el Internado Nacional Barros Arana, ocupado como centro de detención en esos momentos, es duramente golpeado y torturado por sus captores.

A las 21:00 de ese mismo día es sacado al puente Bulnes, sobre el río Mapocho en Santiago y ejecutado por una patrulla militar a la orden del Coronel Donato López Almarza, Nelson Bañados, un recluta de 18 años de edad, le disparó siete balazos desde corta distancia.

En el momento de su muerte, el sacerdote pidió al recluta Bañados que no le vendara los ojos, para poder bendecirlo y darle el perdón, según confesó el propio recluta al sacerdote catalán Miguel Llodrá, miembro de la comunidad a la que pertenecía Joan y que lo buscó tras su detención y ejecución.

Posteriormente cuando se inician los juicios, el recluta Bolaños repetirá el mismo testimonio ante tribunales: "Al llegar al puente Bulnes, mi capitán frenó, y yo, como lo hacía con cada uno de los que fusilaba, me bajé, saqué a Juan del furgón y fui a vendarle los ojos, pero Juan me dijo: «Por favor no me pongas la venda, mátame de frente porque quiero verte para darte el perdón». Fue muy rápido. Recuerdo que levantó su mirada al cielo, hizo un gesto con las manos, las puso sobre su corazón y movió los labios como si estuviera rezando y dijo: «Padre, perdónalos…» Yo le disparé la ráfaga y cayó al tiro. Quería dispararle con la pistola pero lo hice con la metralleta para que fuera más rápido. El impacto fue tan fuerte que volteó su cuerpo y prácticamente cayó solo al Mapocho, yo tuve que darle un empujoncito nomás. Otros, a veces, caían al piso del puente y había que levantarlos y echarlos al río. Eran las diez de la noche y de este fusilamiento no me voy a olvidar nunca jamás".

El 27 de septiembre el cadáver de Alsina fue encontrado aguas abajo en el río Mapocho, trasladado al servicio Médico Legal, las autoridades del régimen afirmaron que se trataba de un «terrorista» que había muerto en un enfrentamiento con una patrulla.  El día 28 de septiembre su cuerpo fue enterrado en cementerio parroquial de San Bernardo.

Bañados ratificó siempre su versión de los hechos en el juicio por el asesinato de Joan Alsina, hasta que agobiado por los remordimientos, se suicidó.

Puedes ver: 50 años: Los uruguayos asesinados y desaparecidos en Chile

Llidó y Allende

Llidó y Allende

Antoni Llidó Mengual nacido en Xàbia Provincia de Alicant, País Valencia, el 29 de abril de 1936, Su padre fallece cuando él tenía 11 años, lo que complica la situación económica de la familia, realiza gracias a una beca sus estudios de bachillerato, y luego los de maestro, terminándolos en 1956.   En 1957 ingresa en el Seminario de Moncada, y es ordenado sacerdote en 1963.

Su primera destinación como sacerdote son los pueblos de Balones y Quatretondeta, en Alicant, donde desarrolla una activo trabajo social y educativo, lo que no fue bien visto por el Obispo de Valencia quien en 1967 destina a Llidó al Hospital Militar de la Marina, en plena dictadura franquista.

Su experiencia en la Marina fue muy mala, es encarcelado por «faltas» a la disciplina y fue licenciado luego de 10 meses, sin terminar su servicio completo ante lo cual toma la decisión de partir de misionero a Sudamérica.

En julio de 1969 Llidó llega a Chile agitado socialmente, destinado al Obispado de Valparaíso se le destinara a ciudad de Quillota, donde le tocara chocar con la realidad de los sectores más populares "En una población callampa de 10 casas encuentra 115 niños".

Pero a pesar de su pobreza económica, Llidó encuentra en Chile una riqueza cultural y política que no existía en la España de la cual provenía.  Rápidamente ingresa al grupo de los 80 curas que vio nacer el grupo de "Cristianos por el Socialismo".

Llidó vivía como cura obrero, austeramente, se movilizaba en una bicicleta destartalada, ganaba su sustento dando clases de francés y castellano en el liceo, iba a trabajar con los jóvenes en los tomatales para "ganarse unos escudos" y financiar los grupos juveniles en sus actividades.  A esa altura ya era el "Cura Toño".

Mantiene sus primeras protestas contra el obispado, cuando organiza una protesta contra la construcción de un lujoso gimnasio en el Instituto Rafael Ariztía, colegio católico quillotano, pues se encuentra a escasos metros del gimnasio de otro colegio católico, el de Nuestra Señora del Huerto. Mientras los niños de sectores populares no cuentan con recursos para educarse.

El año 1971 Llidó se involucra abiertamente en la elección municipal de 1971 apoyando la campaña a alcalde de Quillota del candidato de la Unidad Popular, el zapatero socialista Pablo Gac (al igual que él detenido desaparecido), quien gana la elección.

El 8 de julio de 1971 un terremoto afecta a la parte central de Chile, dañando gran parte de las viviendas de Quillota (60%). Antonio se une a las tareas se abastecimiento.  A mediados de ese año, Llidó se une al MIR, pasando a ser dirigente de un comité local en Quillota.  La seguidilla de golpes militares en Sudamérica, crea la convicción en Llidó que el enfrentamiento es inevitable.

En diciembre de ese mismo año 1971, es parte de los sacerdotes que se reúnen con Fidel Castro en la embajada de Cuba en Santiago, el Obispado le da la orden de volver a España, Llidó se niega a volver, lo que es respondido con una prohibición a divinis de ejercer su ministerio.

El 11 de septiembre de 1973, Llidó junto a otros militantes del MIR se dirigen a la fábrica textil Rayón Said, en Quillota, a oponer resistencia a los militares que cercaban la industria.  Tras fracasar la resistencia al golpe, Llidó como la mayor parte de la militancia del MIR pasa a la clandestinidad, primero en Valparaíso y luego en Santiago, en este periodo mantiene dentro de sus posibilidades contacto por carta con sus familiares, bajo varios seudónimos.

El primero de octubre de 1974 salió de la Quinta donde se refugiaba junto a otros compañeros, pero cayo detenido. Trasladado al centro clandestino de detención y torturas de José Domingo Cañas en Santiago, donde otros militantes del MIR lo vieron o escucharon.  Un sobreviviente relata que los torturadores le gritaban a Llidó "Porque no hablas weon" Él contestaba: "Por mis convicciones". Fue hermético en no delatar. La prueba es que nunca llegaron a allanar la Quinta donde se había alojado.

Después es visto en el centro de detención de Cuatro Álamos. Estaban muy quebrados físicamente: vomitaba sangre; pero con buen ánimo, siempre preocupado por los demás.  Se había repuesto un tanto cuando se lo llevaron el 25 del mismo mes de octubre, desde ahí se pierde su rastro y se mantiene hasta el dia de hoy como detenido desaparecido.

La iglesia católica tuvo noticia de la detención de Antonio.  Mons. Emilio Tagle Obispo de Valparaíso se puso en contacto con el mismo Augusto Pinochet. Le aseguraban que Antonio estaba bien y que pronto seria puesto en libertad.

A principios de 1975, el obispo luterano Helmut Frenz y el obispo católico Fernando Ariztia tuvieron una audiencia con Pinochet.  Se hizo una referencia a Llido y Pinochet dijo: "Ese no es un cura; es un marxista".

Documental: «Padre Toño: Un home, un compromis, una lluita»

Te puede interesar: Los nueve franceses asesinados por la dictadura chilena

Enrique López Olmedo

Enrique López Olmedo

Enrique López Olmedo (España)  35 años, estudiante de sociología y teología, en la Universidad Católica de Valparaíso, ex seminarista, casado 2 hijos,  miembro suplente de la Comisión Política del MIR, detenido por agentes de la Armada de Chile en un operativo (ratonera) realizado en un domicilio ubicado en el sector de Playa Ancha de Valparaíso el día 11 de noviembre de 1977.

«En dicho lugar, luego de su detención, Enrique López Olmedo es amarrado a una silla y con la vista vendada es interrogado y torturado por sus captores durante tres horas aproximadamente. Después de ello es sacado de la casa y llevado en dirección desconocida, ya con evidentes signos de maltrato», señala un testigo de los hechos, quien agrega: «A continuación, a unas cuadras de la casa, es acribillado por los agentes que habían participado en esa operación, siendo a continuación trasladada la víctima a la Academia de Guerra Naval».

Enrique Olmedo es ejecutado en la intersección de las calles Pacífico y Coronel Silva Vergara de Valparaíso, como determino la investigación y fallo unánime (causa rol 43.575-2020), de la Segunda Sala del Corte Suprema, por agentes del ClRE de la Armada de Chile.

Te puede interesar: 50 años del Golpe Militar: Los Estudiantes Ecuatorianos asesinados en Concepción

Michelle Peña Herreros nació en Francia en la ciudad de Toulouse, el 27 de julio de 1947. Su madre Gregoria Peña Herreros, cruzó con 9 años los Pirineos, en pleno invierno el 4 de febrero de 1939, tras abandonar la ciudad de Valencia junto a sus padres y hermana menor, huyendo del franquismo.

Su abuelo era un activo sindicalista y militante del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), tradición política que heredara la familia.

La familia Peña estuvo refugiada en los campos de concentración que los franceses determinaron para los miles de refugiados que llegaban desde España, tras la caída de la Republica.  Tras unos años logran instalarse en Toulouse, allí Gregoria de 16 años queda embarazada de un francés que no estuvo dispuesto a reconocer a su hija. Michelle Peña Herreros, nació en Toulouse (Francia) el 27 de julio de 1947.

Con una Francia destrozada por la guerra, los abuelos de Michelle, entonces de 5 años, junto a su madre Gregoria, entonces de 22 años y una de sus tías, toman la decisión de emigrar a Chile el año 1952.  Allá los esperaban una tía y amigos republicanos llegados a Chile en Winnipeg el año 1939.

Puedes ver: Corte Suprema condena a ocho agentes DINA por crimen de diplomático español Carmelo Soria en 1976

Michelle crece entre refugiados españoles, instalada la familia en Santiago inicia sus estudios secundarios en el Liceo N°1 de Niñas, termina su enseñanza media el año 68, e ingresa al año siguiente a estudiar Ingeniería Eléctrica en la Universidad Técnica del Estado (UTE). Participa activamente de la Juventud Socialista, colaboraba activamente con las actividades culturales de las embajadas de Vietnam.  Tras asumir Salvador Allende, Michelle alternó sus estudios con actividades laborales en el Instituto Chileno-Vietnamita de Cultura. También colaboró en varias iniciativas del Instituto de Estudios Sociales de América Latina (INESAL), centro de formación política vinculado al Partido Socialista, en donde conoció al chillanejo Ricardo Lagos Salinas, quien será parte de la dirección del partido en la clandestinidad tras el golpe.

Tras el Golpe Michelle, la mayor parte de la dirección socialista parte al exilio, sin embargo un grupo de jóvenes mantiene una dirección interior, liderada por Carlos Lorca y Ricardo Lagos Salinas, Michelle es parte de esos jóvenes socialistas clandestinos y junto a un grupo de amigas, ex compañeras de secundaria, dan cobertura a la dirección interior.

Hacia comienzos de 1975, las condiciones de subsistencia de los militantes que desafiaban la dictadura eran dramáticas, más aún en el caso de Michelle que estaba embarazada, a los controles médicos, asistía con nombres falsos de «Patricia» y «Andrea» Klein.

Con ocho meses de embarazo, fue detenida por la DINA el 20 de junio de 1975, junto a Ricardo Lagos Salinas, en una casa en la Villa Japón, en el sector de Las Rejas, en Santiago de Chile, en el marco de una operación de la DINA en contra de la dirección del Partido Socialista en la clandestinidad.

Días antes de su detención se reunió con su madre, quien intento convencerla de asilarse en la embajada de Francia, Michelle tenía la nacionalidad y los papales al día, pero ella no acepto, decidió quedarse a luchar.

Tras su detención Michelle Peña fue llevada al centro clandestino de detención y tortura de Villa Grimaldi en Santiago, como relata Gladys Díaz Armijo, militante MIR, quién estuvo detenida durante la misma fecha en el lugar.  Recuerda verla los primeros días de julio de 1975, junto a otra mujer, hasta el día de hoy permanecen como detenida desaparecida.

Documental Michell

Te puede interesar:50 años del Golpe Militar: Los argentinos asesinados por la dictadura chilena

Carmelo Soria

Carmelo Soria

Carmelo Luís Soria Espinoza, nacido en Madrid el 5 Noviembre 1921, integró en su juventud la Federación Universitaria de Estudiantes (FUE), una organización juvenil antifranquista, más tarde se hace miembro del Partido Comunista de España (PCE), con la caída de la República se instala en Chile, donde se dedica a la industria editorial junto a su hermano mayor Arturo.

En 1960, Soria ingresó a la Comisión Económica para la América Latina y el Caribe, dependiente de las Naciones Unidas. Allí se desempeñó como jefe de la sección Editorial y de Publicaciones del Centro Latinoamericano de Demografía (Celade).

Casado con Laura Gonzalez, padre de 3 hijos: Laura, Carmen y Luis, durante el gobierno de la Unidad Popular, para ser parte de la Editorial Quimantú, uno de los proyectos más emblemáticos del gobierno de Salvador Allende.

Tras el golpe de estado, del 11 de septiembre del 73, Carmelo Soria regresa a trabajar a la CELADE, donde utilizó su inmunidad diplomática para ayudar a varios perseguidos políticos a asilarse en embajadas.

El 16 de julio de 1976, Carmelo Soria fue secuestrado por agentes de la Brigada Mulchén de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), trasladado a la casa del agente de la CIA Michael Townley en Lo Curro (Santiago), fue torturado salvajemente en los sótanos de dicha propiedad, como lo reconocerá posteriormente el propio Townley.

Dos días después, el cuerpo y el auto de Soria, es desbarrancado intencionalmente en un montaje de la DINA, para simular un accidente, aparecieron en las cercanías del Canal El Carmen, en el sector de La Pirámide, en la zona oriente de Santiago.​  La prensa de la época expuso profusamente el caso como un accidente, vinculado a los excesos y la infidelidad,​ lo que luego se reveló como un montaje para cubrir el asesinato del editor y diplomático.

Estas leyendo

50 Años: Los ciudadanos españoles asesinados por la dictadura chilena