El proyecto hidroeléctrico Central Rucalhue ha generado controversia tras la reciente aprobación de sus planes de manejo por la Corporación Nacional Forestal. A pesar de los cuestionamientos por la tala de especies nativas y el impacto ambiental en el río Biobío, la empresa argumenta su proyecto en la transición energética y la reactivación económica. La aprobación de Conaf se da luego que el proyecto fuera incluido al polémico Plan de Reconversión que busca paliar los efectos del cierre de Huachipato con proyectos de inversión, incluyendo la Central Rucalhue.
Por J. Arroyo Olea | Colaboración con el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales – OLCA
Este martes 16 de octubre comenzó a circular un comunicado elaborado por la empresa de capitales chinos, Rucalhue Energía SpA, titular del proyecto hidroeléctrico Central Rucalhue que busca instalarse en el río Biobío.
En el escrito, la empresa informó que «antes del plazo de 90 días que establece la normativa, los dos Planes de Manejo de Preservación, presentados el 4 de julio por la Central Hidroeléctrica Rucalhue, fueron aprobados por la Corporación Nacional Forestal, dando cuenta de la pertinencia y suficiencia técnica de los planes presentados».
Esto, luego que Conaf no solo respaldara al proyecto hidroeléctrico como interés nacional, sino también autorizara la tala e intervención del hábitat de especies en categoría de conservación; concretamente guindo santo y naranjillo.
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Desde la empresa señalaron que «es un proyecto de interés nacional que aportará no solo a la transición energética del país, sino que también a la reactivación económica y laboral en la región del Biobío. Para ello resulta clave poder continuar con la construcción porque contribuirá a dinamizar la economía local».
En septiembre de este año el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales – OLCA solicitó vía transparencia las resoluciones al organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, siendo enviadas este jueves 17 de octubre, un día después de publicado el comunicado de prensa de la empresa hidroeléctrica.
En su respuesta el organismo incluye dos resoluciones (puedes ver la primera y segunda acá), cada una dirigida para lotes ubicados en las comunas de Quilaco y Santa Bárbara -esta última, con mayor cantidad de hectáreas-. Ambas resoluciones son firmadas por Ramón Héctor Vallejos Inostroza, en calidad de jefe suplente provincial del Biobío, quien aprobó el plan de manejo de preservación «que tiene por finalidad la corta y descepado en una superficie boscosa, la que considera la corta de 55 plantas/ha, en estado de conservación».
Asimismo, las dos resoluciones establecen como actividades aprobadas para iniciar este 2024 la corta y descepado de ambos terrenos y terminando en 2025.
Acorde a lo indicado por la empresa, los planes de manejo «dan cuenta del resguardo que el proyecto tiene desde su diseño con la biodiversidad biológica y el enriquecimiento de bosques degradados, adelantándose al cumplimiento de la meta de biodiversidad fijada en el Marco Global de Biodiversidad», lo que ha sido cuestionado por organizaciones sociales.
El autodenominado «Plan de Fortalecimiento Industrial del Biobío» -que constituye la respuesta del Ejecutivo y sindicatos al cierre de Huachipato- ha salido a colación en esta situación. Y es que entre los proyectos que impulsa el Plan de la alianza Grau y empresariado también incluye la que busca ser la quinta hidroeléctrica en el río Biobío tras la instalación de las centrales Pangue, Ralco, Angostura y Palmucho.
En concreto, el Plan de Reconversión incluye a la Central Hidroeléctrica Rucalhue en la tabla de «proyectos de inversión privada priorizados del tipo energía», compartiendo el lugar con el cuestionado proyecto Terminal GNL Penco-Lirquén.
El proyecto hidroeléctrico Central Rucalhue arrastra conflictividad desde hace una década, luego que ingresara a tramitación ambiental en 2013 por la entonces empresa brasilera Atiaia Energía, recibiendo su Resolución de Calificación Ambiental positiva en 2016 y siendo comprado por capitales chinos en 2018.
Desalojos, criminalización de la protesta y tala de especies nativas son aspectos que han sido ampliamente cuestionados por la población, sumado a los impactos que arrastraría la instalación de una nueva central hidroeléctrica en el río Biobío.
La organización Malen Leubü emitió un comunicado incluyendo registros del avance de faenas de construcción en el sector. De igual forma, señalaron que «este espacio es un lugar único ya que posee árboles nativos endémicos, también se encuentra la isla de las gaviotas, existe vida en este lugar, hay lawen que los machi, lawentuchebe y comunidades pewenche de la zona utilizamos por salud y bienestar, no pueden reemplazar árboles nativos y reforestar en otros espacios, nunca podrán hacer lo que la naturaleza hace, ellos no son la naturaleza».
A esto se suma la tramitación -aún en curso- de un recurso de protección contra la Corporación Nacional Forestal y el emplazamiento al gobierno tras incumplirse el acuerdo amistoso firmado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos entre comunidades pewenche y el Estado de Chile tras el conflicto acontecido por la Central Hidroeléctrica Ralco.
RESUMEN contactó a la empresa hidroeléctrica para consultar acerca del rol que ha cumplido el Plan de Reconversión de Huachipato levantado por el gobierno en esta situación, ante lo cual el gerente legal de Rucalhue Energía SpA, Diego Vio, señaló que «la incorporación del proyecto en el Plan de Fortalecimiento Industrial del Biobío reafirma el aporte del proyecto al país y constata además que, al ser un proyecto que cuenta con la RCA vigente y con otros 40 permisos aprobados, es un proyecto que puede activarse en el corto plazo, con un impacto directo en la economía y el empleo local; sin necesidad de nuevas normativas, sino que agilizando la gestión de los distintos servicios a cargo de la aprobación de permisos sectoriales».
De igual forma, el gerente legal de la empresa «el Plan de Manejo de Preservación se ingresó a Conaf mucho tiempo antes del anuncio del Gobierno del Plan de Fortalecimiento, pero ha sido aprobado en un tiempo razonable incluso antes del plazo legal, ello, creemos, porque se trata de un plan de manejo de preservación bien presentado y robusto, y también, porque los servicios públicos han actuado con celeridad y rigurosidad».
Respecto al Plan de Reconversión tras el cierre de Huachipato, Vio indicó que «es sin duda una señal que induce a la acción, y es positiva porque alinea a los distintos actores, lo que tendrá como resultado concreto una inversión sustantiva para la ejecución del proyecto, lo que irá en directo beneficio de la región, las comunas de Santa Bárbara y Quilaco y de las personas que viven y trabajan en dichas localidades».
Ante esto, desde la empresa transparentaron que, tras la aprobación del Plan de Manejo por parte de Conaf, «hoy el proyecto ya se encuentra en condiciones de comenzar durante las próximas semanas los trabajos de las obras principales y continuar con su construcción, permitiendo utilizar todos los recursos disponibles, tanto del proyecto como en alianza con los servicios públicos y dejar capacidades instaladas como el programa de apoyo al emprendimiento que estamos trabajando con Sercotec y Codesser y que permitirá que sean los propios vecinos de la Central los que provean al proyecto de los servicios de alojamiento y alimentación».
Puedes leer la respuesta completa de Rucalhue Energía SpA haciendo clic acá.