Dejando un nefasto legado fallece Agustín Edwards, dueño de El Mercurio

[resumen.cl] A los 89 años de edad y tras 2 meses en coma fallece en su casa junto a su familia el empresario bancario y comunicacional Agustín Edwards, dueño del grupo periodístico-empresarial El Mercurio SAP, pasando a la historia como uno de los principales incitadores al Golpe de Estado de 1973 y del aparato comunicacional a cargo de los montajes para encubrir las atrocidades de la dictadura cívico-militar encabezada por Augusto Pinochet.

Agustín Edwards Eastman es el quinto de la dinastía de "Agustines Edwards" dueños de El Mercurio, estudió en los colegios Heatherdown School de Londres y en el The Grange School de Santiago de Chile. Si bien su currículum señala que estudió derecho en la Universidad de Chile y periodismo en la Academia Woodrow Wilson de Estudios Públicos e Internacionales de la Universidad de Princeton, la biografía recientemente escrita por el periodista Víctor Herrero señala que sólo estudió un bachillerato en relaciones públicas e internacionales (sin graduarse) y que antes había estudiado derecho en la Universidad de Chile, dejando la carrera mientras cursaba el tercer año.

Prontamente se hizo parte de los negocios de su clan familiar, en las diversas áreas que éstos comprendían, y así fue que en 1958 asumió la dirección del grupo El Mercurio. En 1967, luego de fuertes movilizaciones por parte de los alumnos de la Universidad Federico Santa María de Valparaíso, -que incluyeron tomas de dependencias y semanas de paro-, motivadas por los vínculos empresariales de ésta con el grupo Edwards, debió abandonar su relación con la Fundación Santa María y por ende con la Universidad, transformándose en una de sus principales derrotas.

En agosto de ese mismo año y en el marco del movimiento por la reforma universitaria, durante la toma de la Casa Central de la Pontificia Universidad Católica de Santiago y debido a la campaña de difamación surgida desde el periódico, aparece un histórico lienzo con la frase: "Chileno, El Mercurio miente" transformándose en una suerte de slogan que acompañaría al diario desde entonces.

Para la campaña presidencial de 1970, El Mercurio se transformó en la principal herramienta en los medios para atacar la opción presidencial de la Unidad Popular, encabezada por Salvador Allende. Tras la victoria de Allende, Agustín Edwards emigró a los Estados Unidos, donde vivió entre 1970 y 1975; en ese país ejerció como vicepresidente de PEPSICO y presidente de Foods International. Además, durante su permanencia en Estados Unidos, se reúne en reiteradas oportunidades con el Secretario de Estado y con el Director de la CIA, reuniones donde se empezó a configurar la opción de terminar con el gobierno de la Unidad Popular mediante una intervención militar. Según informes desclasificados por el Senado estadounidense -en el comité Church-, Agustín Edwards se convirtió en un agente de la CIA para conspirar contra el gobierno, siendo El Mercurio una de las herramientas más fuertemente financiadas en Chile para conseguir este propósito:

«… Además de financiar a los partidos políticos -dicen los informes- el Comité 40 (organismo de los servicios secretos norteamericanos) aprobó grandes sumas para sostener a los medios de oposición y para mantener así una campaña de oposición implacable. La CIA gastó un millón y medio de dólares para apoyar a "El Mercurio", el principal periódico del país y el canal más importante de propaganda contra Allende. Según documentos de la CIA, estas gestiones tuvieron un papel significativo en la preparación del escenario para el golpe del 11 de septiembre de 1973…»

Comité Church y Pike del Senado de los Estados Unidos

Las mentiras de la dictadura

Tras el Golpe de Estado, Agustín Edwards retornó a Chile para dirigir El Mercurio desde acá, ahora como el principal brazo mediático en la prensa escrita de la dictadura cívico-militar liderada por Augusto Pinochet. En esta fase el diario fue uno de los principales medios para difundir la propaganda ideológica de la nueva doctrina económica y social del régimen: el neoliberalismo. Pero, sin lugar a dudas, su rol más tristemente célebre fue como encubridor y cómplice de los montajes con que se intentó disfrazar y mentir a los chilenos y chilenas respecto a las atrocidades cometidas por los agentes del Estado en aquellos duros años. Si hubiese que enumerar los hechos que los periódicos pertenecientes al Grupo El Mercurio SAP realizaron, el artículo sería interminable, y más adecuado para una tesis de algún alumno de periodismo, por ende, seleccionamos arbitrariamente dos que, tal vez, sean los más emblemáticos y que presentamos a continuación:

Exterminados como ratones

En 1975, la llamada "Operación Colombo", ejecutada por la DINA, costó la vida a 119 personas (desaparecidas), la mayoría militante del MIR. La operación mediática llevada a cabo principalmente por El Mercurio y La Tercera se encargó de informar a los chilenos que habían sido asesinados por sus propios compañeros, en supuestos enfrentamientos fratricidas en Argentina. La portada del periódico La Segunda, para informar el hecho, pasaría a la infamia del periodismo mundial con su titular: "Exterminados como ratones".

El crimen de Marta Ugarte

Integrante del comité central del Partido Comunista en la clandestinidad, Marta Lidia Ugarte Román fue detenida en agosto de 1976. Trasladada a Villa Grimaldi, fue ferozmente torturada, golpeada y violada, la atrocidad llegó a tal punto que sus uñas fueron arrancadas, para luego ser quemada y finalmente ahorcada, provocando su muerte. Su cuerpo, dentro de un saco junto a un riel de ferrocarril, fue lanzado al mar desde un helicóptero con la intención de hacerlo desaparecer. Sin embargo, el mar la devolvió a la playa en Los Molles, la noticia rápidamente empezó a circular entre los locales y luego se fue extendiendo. El gobierno, en complicidad con El Mercurio y su "competencia" La Tercera, idearon un montaje para hacer creer a los chilenos y chilenas que se había tratado de un "crimen pasional", mintiendo al respecto y señalando que se trataba del cuerpo de una bella joven de aproximadamente 23 años. víctima de -lo que se denomina hoy- un femicidio, cuando Marta tenía, para ese entonces, 42 años.

Las mentiras y complicidad con el régimen y tras una serie de denuncias, desembocaron el 21 de abril de 2015 en la expulsión del Colegio de Periodistas de Chile para Agustín Edwards, sanción por demás tardía por parte de dicha institución.

El Mercurio, incluso después de la publicación del Informe Rettig, siguió utilizando el calificativo de «presuntos detenidos desaparecidos» para referirse a víctimas de violaciones a los derechos humanos.

Tras la finalización de la dictadura, el grupo El Mercurio SAP siguió siendo financiado, en su mayor parte, por el Estado, durante todos los gobiernos del post-pinochetismo hasta el día de hoy, mediante el avisaje de las diversas reparticiones públicas; ello mientras el Estado post-dictatorial dejó morir a todos los medios de oposición al régimen al negarles esa línea de financiación, entre ellos los diarios La Época y Fortín Mapocho, las revistas Análisis, Apsi y Cauce, entre otros.

Estas leyendo

Dejando un nefasto legado fallece Agustín Edwards, dueño de El Mercurio