[resumen.cl] Tras casi 20 días desde que la profesora Katherine Yoma se quitara la vida tras vulneraciones de parte de integrantes de integrantes de la comunidad educativa en la que ejercía como docente, diversas manifestaciones se registraron en distintas regiones del país exigiendo justicia para su caso y la renuncia del alcalde Jonathan Velásquez.

Durante la jornada de este lunes, en distintos lugares del país comunidades educativas se manifestaron de diversa forma para visibilizar la muerte de la profesora Katherine Yoma, quien se quitó la vida tras lo que el Colegio de Profesores/as indicó como «no superar cuadros de ansiedad, depresión y miedo ocasionados por los ataques y amenazas por parte de una de sus alumnas»

Justamente fue en Antofagasta -donde se desempeñaba la docente- que se realizó una masiva movilización exigiendo la renuncia del alcalde Jonathan Velásquez, quien también preside la Corporación Municipal de Desarrollo Social, entidad que ejercía como empleador de la profesora de inglés.

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De igual forma, se ha levantado la exigencia de construir una ley que aborde la crítica situación y desprotección que vive el profesorado al interior de los establecimientos del país.

En la manifestación desarrollada en el norte del país, Karina, hermana de Katherine Yoma, señaló: «hago un fuerte llamado para que todas las comunidades educativas muestren respeto, apoyo y compañerismo». En esta línea, emplazó al alcalde Velásquez enfatizando que «como familia evaluaremos acciones legales por tu notable abandono de deberes aún cuando Kathy estaba en vida, incluyendo los actos y dichos más bajos que has concretado contra mi familia y colegas».

En Concepción también se realizó una manifestación exigiendo justicia por la muerte de la profesora. Decenas de personas se reunieron en las afueras de la Seremi de Educación prendiendo velas y pegando carteles en su frontis.

En el lugar se dio lectura a un comunicado en el que docentes afirmaron «enfáticamente que el gran responsable de la muerte de Katherine es el Estado, porque desde ahí deben surgir políticas públicas que resguarden el bienestar físico y mental de quienes sostenemos la educación y acompañamos a niños, niñas y adolescentes, pese a la precariedad que se enfrenta en muchos colegios y a la sobrecarga laboral que atraviesa este sistema».

De igual forma, en su lectura emplazaron al ministro de Educación, Nicolás Cataldo, «porque su silencio ante todas las denuncias de violencia contra docentes que se han visibilizado en el último tiempo, les hace cómplices de aquellos alcaldes y sostenedores que dirigen instituciones educativas sin resguardar el bienestar docente, menoscabando nuestra labor o realizando despidos masivos al final de cada año».