[resumen.cl] El 11 de agosto falleció el criminal Hugo Iván Salas Wenzel quien permanecía cumpliendo condenas por delitos de lesa humanidad en el Penal Punta Peuco de Santiago. El condenado ex oficial del Ejército, cumplió funciones como Vicedirector de la Central Nacional de Informaciones (CNI), secundando a Humberto Gordon, entre marzo de 1984 y octubre de 1986, fecha en que asume como director del organismo represivo, en reemplazo de su antecesor que fue promovido a la Junta Militar.

Desde sus funciones de segundo jerarca, con el grado de coronel, y luego de jefe, con el grado de general, el fallecido Salas Wenzel tuvo participación en numerosos hechos represivos que el aparato criminal cometió bajo sus órdenes.

No fue procesado en todos los hechos delictivos en que estuvo implicado debido a la ligereza y falta de acuciosidad de ciertos ministros y jueces que ponderan los hechos según sus influencias ideológicas y no según el mérito de los hechos, pero en otras causas sí lo fue y generaron sus condenas carcelarias.

El caso más notorio de esta negligencia judicial se ve reflejado en el juicio por la Matanza Vega Monumental u Operación Alfa Carbón desatada por la CNI en las ciudades de Concepción, Los Ángeles, Temuco y Valdivia en agosto de 1984 y que se tradujo en el asesinato de siete militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).

En esta causa, el ministro sustanciador de la Corte de Apelaciones de Concepción, Carlos Aldana, y la propia Corte penquista se negaron a procesar al jerarca represor pese a que, por su función en el órgano represivo, participó activamente facilitando los medios técnicos, los recursos logísticos  y disponiendo las medidas administrativas para la comisión de los asesinatos.

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No tuvo igual suerte en la investigación judicial que se desarrolló en Santiago para investigar los crímenes cometidos en la Matanza de Corpus Cristi u Operación Albania, cometida por la CNI los días 15 y 16 de julio de 1987 en la capital, cuando ya el criminal ejercía como Director del organismo y había sido premiado con el ascenso al grado de general del Ejército. En esa causa se le condenó a cadena perpetua efectiva y el fundamento de la sentencia expresa con claridad la responsabilidad criminal de los mandos y, en este caso, del ahora difunto:

"Los autores directos y materiales de los delitos cometidos, que son todos los participantes, menos el Director Nacional de la Central Nacional de Informaciones, el General Hugo Salas Wenzel, quien sin hacerlo directamente, dio las órdenes pertinentes,  pero manteniendo el control de todas las acciones,  atendida su competencia y atribuciones, con lo que ha adquirido la condición de autor mediato de los delitos investigados, al forzar a otros para su comisión, usando de su jerarquía y autoridad".

La nefasta Operación Albania significó el asesinato de 12 militantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) y el ex jerarca Salas Wenzel fue condenado como co-autor de los asesinatos de Recaredo Ignacio Valenzuela Pohorecky, Patricio Ricardo Acosta Castro, Julio Arturo Guerra Olivares, Juan Waldemar Henríquez Araya, Wilson Daniel Henríquez Gallegos, Esther Angélica Cabrera Hinojosa, Manuel Eduardo Valencia Calderón, Ricardo Hernán Rivera Silva, Elizabeth Edelmira Escobar Mondaca, Patricia Angélica Quiroz Nilo, José Joaquín Valenzuela Levi y Ricardo Cristián  Silva Soto.

Hugo Iván Salas Wenzel | Fotografía: La Nación

La misma responsabilidad le cupo en la ejecución de 4 personas como parte de las represalias por el atentado al tirano realizado el 7 de septiembre de 1986. En esa oportunidad el ente criminal asesinó a José Carrasco Tapia, Gastón Vidaurrazaga Manríquez, Abraham Muskablit Eidelstein y Felipe Rivera Gajardo. El ex jerarca no estuvo entre los 14 condenados por estos crímenes.

Una condena de 15 años le fue aplicada por el secuestro calificado de cinco militantes del FPMR cometido por el ente represivo en septiembre de 1987. En esa operación criminal fueron detenidos y hechos desaparecer Gonzalo Fuenzalida Navarrete, Julio Muñoz Otárola, José Peña Maltés, Alejandro Pinochet Arenas y Manuel Sepúlveda Sánchez.

A este prontuario criminal hay que agregar otras decenas de asesinatos y ejecuciones cometidas por la CNI durante el período en que este despreciable uniformado ejerció sus labores en la dirección del organismo. Las formas de eliminación de los opositores al régimen y miembros de la resistencia contra la tiranía, ordenadas por el difunto ex oficial, fueron desde las ejecuciones en falsos enfrentamientos, asesinatos de detenidos, asesinatos con explosivos,  y detenidos desaparecidos; todas variantes para la comisión de los crímenes de lesa humanidad.

El ex oficial, con el ostentoso grado de mayor general, falleció a los 85 años en el Hospital Militar donde había sido ingresado hace unas semanas, pero el hecho cierto es que murió cumpliendo condena en Punta Peuco, en un recinto carcelario, donde todo criminal de lesa humanidad  debiera estar confinado.