[resumen.cl] En la comuna de Talcahuano, en el sector del Fundo Lo Alfaro en Tumbes se pretende instalar un proyecto de crianza de salmones en agua dulce que asegura tener menores impactos ambientales que el resto del rubro caracterizado por las malas condiciones laborales de sus trabajadores/as y la contaminación asociada a la explotación de estos peces. Más allá de lo planteado por la empresa, una parte de la comunidad afectada por este proyecto denuncia una serie de irregularidades y no les cree su discurso, por lo que ha manifestado su rechazo a este proyecto en las últimas semanas.
Distintas acciones se han realizado en Talcahuano y Concepción en donde se ha cuestionado la aprobación del proyecto de crianza de salmónidos de la empresa Bordemar.
El negocio salmonero se ha caracterizado históricamente en el sur de Chile por mantener a su trabajadores/as bajo pésimas condiciones de seguridad, engañosas promesas de empleos, así como por provocar emergencias sanitarias e impactos socio-ambientales en distintas zonas de la regiones de Los Lagos (especialmente Chiloé), y en las regiones de Aysén y Magallanes, dónde esta industria se ha estado expandiendo. En la actualidad también se encuentran en proceso una serie de proyectos y concesiones marítimas para que este negocio se instale en la costa del Biobío.
Según indicó El Mercurio la iniciativa Bordemar involucra a un fondo de inversión de la Administradora General de Fondos (AGF) de VanTrust Capital, ex ejecutivos de la empresa de alimento para peces en base a harina de pescado Ewos, y la empresa israelí Aquamaof. El citado medio indica que la empresa israelí posee un criadero de peces a 6 kilómetros de la Franja de Gaza, justo donde el Estado de Israel mantiene un bloqueo y ejecuta cruentas acciones militares contra el pueblo palestino.
El negocio salmonero requiere de fuentes de agua dulce y zonas costeras para desarrollarse.
Para producir salmones en Chile, las empresas e instituciones asociadas intentan imitar el escenario natural en el que éstos se desarrollaron naturalmente en el hemisferio norte. Allí los individuos adultos viven en el mar pero nadan río arriba para reproducirse y poner huevos en fondos de grava de los tramos superiores. En estas zonas es donde los juveniles se crían, crecen por un tiempo en las aguas limpias y ricas en oxígeno y luego regresan río abajo, hacia el océano.
La expansión de la industria salmonera en Chile se da en un contexto de profundo cuestionamiento a este sector extractivista. Todas las etapas de su circuito de producción de mercancías en base al cultivo de salmones introducidos a los ecosistemas locales generan impactos ambientales como: alta demanda de harina desde peces silvestres procesados e insumos de la agroindustria; contaminación en ríos, lagos y zonas costeras con basura, residuos orgánicos, compuestos tóxicos (pesticidas) y antibióticos; contribución a la diseminación de organismos parásitos y a la propagación de microalgas, y también de los propios salmones mediante escapes masivos, entre otras consecuencias. Además, múltiples denuncias indican que empresas suelen operar en el margen de la legalidad, sin problemas para traspasarla, amparados probablemente en la escasa capacidad de fiscalización estatal y la remota ubicación de sus centros de cultivo en los fiordos australes.
El pasado 9 de julio de 2018 había ingresado al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) el proyecto: Crianza y Engorda de Salmónidos en Estanques en Tierra que pretendía instalarse en la comuna de Talcahuano, específicamente en el km 2,5 del camino hacia Tumbes en un predio perteneciente a la empresa BordeMar SpA.
En julio de 2018, la empresa desistió del proyecto. Pero este volvió a ingresar nuevamente el angosto del mismo año y no presentó Estudio de Impacto Ambiental sino únicamente una Declaración de Impacto Ambiental.
Según indica la declaración de la empresa, este proyecto pretende ser desarrollado en un terreno del Fundo Lo Alfaro que se encuentra camino a Tumbes en la ruta Q-480, abarcando una superficie total de 13,77 hectáreas. Además, el proyecto contempla el arriendo de este terreno a la sucesión Young-Délano, que está representada por Cristián Arturo Gantes Young
El proyecto colinda con predios de la Armada de Chile por el norte y poniente, mientras que por el sur colinda con un predio agrícola y por el oriente con el mar
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El proyecto pretende talar 3,04 hectáreas de vegetación nativa y 1,6 hectáreas de plantaciones de especies introducidas. Las especies nativas corresponden, según la Declaración de Impacto Ambiental de la empresa a: Boldo, Litre, Arrayán, Maqui, Peumo y Madroño. Mientras que las plantaciones están conformadas por Pinos, Eucaliptos y Aromos.
Anualmente, la empresa pretende llegar a producir «a partir de ova ojo, luego alevinaje, smoltificación y engorda, 4.000 toneladas de salmónidos a cosecha de 5.350 gramos peso promedio».
Recirculación y supuesto menor consumo de agua.
Con respecto a las cantidades de agua que la empresa pretende extraer para su proyecto, la declaración señala que esta «será abastecida de las vertientes existentes dentro del predio de emplazamiento del Proyecto, el cual se estima de una cantidad aproximada de 102,1 m3/día. Para el primer llenado de los estanques de crecimiento, también se ocupará agua de vertientes del fundo Lo Alfaro».
El proyecto implica la construcción y operación de una piscicultura de recirculación de agua que contempla una producción anual de 4.000 toneladas de salmónidos y truchas, cada uno con un peso aproximado de 5 kilos.
Se pretenden construir 51 estanques, 10 de ellos para crianza y 21 para el proceso de engorda. Ambos procesos generan pérdida de agua por evaporación y por el contenido en lodos. Por lo tanto unos 130 metros cúbicos de agua al día se inyectarían al sistema.
La unidad de crianza de los peces, también llamada Hatchery operaría, según la empresa, «en un ambiente controlado mediante un circuito cerrado de agua dulce desinfectada y salinizada, alimentando estanques ubicados en tierra, en un ambiente aislado mediante galpones cerrados».
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Las fecas de los peces serían deshidratadas junto al alimento no consumido y los peces muertos. Estas se llevarían hasta una planta de harina de pescado o bien a un vertedero como el de Hidronor de Copiulemu, el que ha sido ampliado en años recientes y que ya ha generado intensa oposición en la población cercana por sus consecuencias ambientales y sociales.
El proyecto en Talcahuano asegura tener menores impactos que otras salmoneras pero la comunidad no les cree
Durante el 10 de mayo se realizó en Tumbes una asamblea en que participaron juntas de vecinos, políticos, organizaciones socioambientales y la empresa Bordemar que explicó descriptivamente el proyecto. En la reunión los vecinos mostraron sus inquietudes respecto de la instalación de este proyecto. Respecto a lo acontecido la Coordinadora Chorera planteó que la "concejala Pamela Cortés puntualizó en que la empresa podría negociar con quienes habitan y viven de la caleta la compra de salmones a menor precio o capacitaciones para optar a puestos de trabajo dentro de la empresa, la comunidad se vio en contra de estas ideas ya que sostienen que siempre han trabajado duro y no consideran correcto sacrificar su vida en la caleta por una industria tan nefasta".
Durante la actividad se manifestó la preocupación por las vertientes en donde se emplazará el cultivo de salmónidos en Fundo Lo Alfaro. Además se llamó la atención sobre el retiro de gran cantidad de lodo de residuos que generarían los salmones y lo qué podría pasar frente a emergencias como incendios o derrames.
Organizaciones socioambientales de Talcahuano como la Coordinadora Chorera han planteado que "participamos de las casas abiertas de la empresa y de las observaciones ciudadanas, las cuales también recogimos desde la comunidad el día 31 de diciembre de 2018, respecto de ello se informó que se pueden seguir acciones legales ya que el proyecto no realizó estudio de impacto ambiental y sólo una declaración, que es más bien una muestra de factibilidad que un análisis de reales impactos, ni tampoco consulta indígena". La misma organización llamó a que "sólo la comunidad tumbina es quién puede concientizar y resguardar la península, respecto de esto les señalamos que la municipalidad y el concejo municipal ya no tienen oportunidad de actuar y que presentan preocupación hoy, posterior a la aprobación del proyecto".
En esta misma reunión de la comunidad participaron los concejales Víctor Palomino y Eduardo Saavedra quienes según la Coordinadora Chorera "manifestaron su descontento con el Alcalde Henry Campos por su débil pronunciamiento frente a la salmonera y su total disposición a apoyar el movimiento, sin embargo no podemos olvidar la denuncia que tiene Saavedra en el SII por la entrega de pagos desde la empresa GNL Talcahuano que lo instala en un lugar de poca confianza hacia la comunidad" señalaron.
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Luego de esta reunión se realizó una segunda convocatoria en donde participaron más de cien vecinos y vecinas, así como integrantes del partido ecologista, la coordinadora chorera y la ONG Defensa Ambiental. Esta última organización planteó las acciones a seguir en términos legales, ya que la participación en las observaciones ciudadanas permite vías legales como la reclamación por las mismas y la invalidación de la Resolución de Calificación Ambiental (RCA).
Posteriormente el día jueves 6 de Junio un grupo de vecinos y vecinas de Tumbes así como organizaciones ecologistas como Winkul Lafquén se reunieron en la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) para realizar diversas observaciones para que exista una supervisión de esta iniciativa salmonera la cual acusan de presentar diversas irregularidades. En conversación con Resumen el abogado René Herrera, planteó que la acción busca visibilizar las "irregularidades en el proceso de calificación ambiental a efecto de la aprobación administrativa que se dio para la salmonera que se busca instalar en la comuna". En el mismo sentido señaló que "gran parte de las irregularidades pasan desde alteraciones de firmas, omisión de tramites como la consulta indígena que se debe realizar en la zona la cual se omitió, además hay problemas también con el uso de suelo. Lo que se busca es acelerar las funciones fiscalizadoras de la superintendencia en este caso".
Las organizaciones socioambientales no descartan futuras movilizaciones y actividades difundiendo la amenaza que significaría para el Gran Concepción en general, así como para Talcahuano y la península de Tumbes en particular la instalación de este proyecto salmonero que podría contaminar aún más una comuna caracterizada por sus problemas socioambientales. La comunidad además contaría con antecedentes de una serie de irregularidades en su aprobación, por lo que no descarta futuras accionas conttra este proyecto.