[resumen.cl] Cerca de un centenar de manifestantes llegaron hasta la bodega de papas de la ex Colonia Dignidad, declarada Monumento Histórico por el Consejo de Monumentos Nacionales. Allí realizaron un acto de conmemoración y un homenaje a las víctimas de violaciones a los DD.HH. en el enclave nazi alemán controlado por Paul Schaffer.
Una caravana de vehículos y dos buses ingresaron al enclave, el cual opera actualmente como complejo turístico. Allí se detuvieron en uno de los 9 recintos que son parte de la declaratoria de Monumento Nacional. Uno de los lugares donde se ejercieron torturas es la bodega de papas, que ha sido identificada por las propias víctimas.
Por lo menos 120 presos políticos pasaron por las mazmorras de Colonia Dignidad llevados allí por los grupos de exterminio de la DINA, según confesiones de ex colonos que escaparon de las cadenas de Shaffer y según se ha podido establecer en numerosos procesos judiciales, por declaraciones de sobrevivientes y de ex agentes represores. Decenas de detenidos desaparecidos registran como último paradero conocido los recintos de tortura de Colonia Dignidad. Son decenas también los ex prisioneros políticos sobrevivientes que fueron llevados y torturados en este lugar.
Muchas de estas torturas se realizaron con participación directa de Paul Shaffer y otros altos cargos del enclave. Precisamente el ex prisionero y médico psiquiatra Luis Pebles presente en el lugar relató que fue sometido a brutales torturas dirigidas personalmente por Paul Shaffer y agentes de la DINA.
La manifestación fue organizada y convocada por la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad, y se realizó en en contexto de conmemoración de los 45 años del golpe de Estado de 1973.
Se reunieron las agrupaciones: Asociación por la Memoria, la Asociación por los Derechos Humanos de Parral, la Agrupación de Campesinos Víctimas de Colonia Dignidad, la Mesa de Participación del programa PRAIS de Talcahuano-Hualpén y la organización recientemente creada por ex colonos denominada "Asociación por la Verdad, Justicia, Reparación y Dignidad".
La presidenta de la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad, Margarita Romero se refirió a lo necesario de "continuar las investigaciones que han permitido encontrar las fosas donde escondieron los cuerpos de nuestros detenidos desaparecidos, así como el lugar de las quemas, hasta determinar los nombres de cada uno de los asesinados y hacer justicia".
Una familiar de un detenido desaparecido de Parral, Elizabeth Saldias, apuntó a "la necesidad de terminar con el turismo en un lugar donde tantas personas sufrieron las más feroces violaciones a sus derechos humanos y donde muchos de ellos fueron asesinados".
En esta conmemoración también participó Horst Schaffrick, quien habló en nombre de los ex colonos que abandonaron el enclave y demandaron a los estados chileno y alemán por vulneraciones sufridas desde su infancia. Schaffrick solidarizó con los familiares de las víctimas y ex detenidos presentes y exigió: "verdad, justicia y reparación para todas las víctimas, incluyendo a quienes llegamos a este lugar siendo niños y fuimos sometidos a un régimen de esclavitud por décadas", señaló.
Colonia Dignidad: el enclave nazi alemán y Villa Baviera: empresa con redes en los valles del Perquilauquén y el Itata.
Villa Baviera es el nombre con que Paul Schäfer y sus socios rebautizaron Colonia Dignidad, el enclave nazi alemán que se afinca en la zona precordillerana de Parral, a orillas del río Perquilauquén. Allí, camino a Catillo, se instalaron a fines de 1961 apadrinados por una camarilla de políticos de derecha, siempre dispuestos a tender lazos de amistad y cooperación con los nazis.
Paul Schäfer, nacido en 1921, alcanzó a ser sargento en la última época del ejército hitleriano, ya en desbandada, y luego de la guerra se ocultó en sectas religiosas. Deambulando de secta en secta como seudo predicador, de las que fue sucesivamente expulsado por abuso de menores y apropiación indebida, decide fugarse de Alemania para escapar de dos órdenes de captura emanadas de procesos que se habían abierto en su contra por aquellos delitos. Aprovechando de que Chile era lugar de destino natural para nazis prófugos, en 1961 llega a al país un grupo de ex soldados nazis que se ocultaban en una supuesta organización religiosa y benefactora; entre ellos venía Paul Schäfer con el mismo disfraz de predicador y guía espiritual. Con la ayuda de los consabidos padrinos, que no se preocuparon de averiguar que éste predicador era prófugo de la justicia alemana (y si lo supieron no les importó), llegaron a instalarse en la comuna de Parral usando el pretexto de ayudar a las personas afectadas y damnificadas por el terremoto de 1960.
Gracias al apoyo de la camarilla derechista y utilizando el paraguas de "Sociedad Benefactora y Educacional Dignidad" consiguieron que el gobierno de Alessandri les diera personalidad jurídica, exención de impuestos, subsidios de colonos, franquicias de benefactores y, de paso, una red de relaciones públicas. En Parral compraron el fundo El Lavadero, junto al estero del mismo nombre y a orillas del río Perquilauquén, donde rápidamente establecieron los límites externos propios de un campo de concentración y un régimen interno propio de la esclavitud. Los habitantes de los predios de la Colonia no se sometían a las leyes chilenas sino que se regían por reglamentos y leyes internas, impuestas por Schäfer y sus socios; es decir, operaban como un verdadero estado autónomo. Estas prácticas esclavistas y autonomistas estuvieron siempre avaladas, justificadas y encubiertas por la red de protección que se conformó en torno a los alemanes.
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El auge y apogeo de Colonia Dignidad se produjo durante la época de la dictadura. Ya durante el gobierno de Allende, los fachos de Patria y Libertad encontraron en los dominios de Colonia Dignidad espacio y apoyo para organizar sus actividades fascistas y terroristas contra el gobierno de Allende. Luego del golpe militar, el enclave alemán fue un campo de tortura de prisioneros políticos; las catacumbas de esta colonia alemana se transformaron en laboratorios de exterminio para la DINA. La Brigada Sur de la DINA, que operaba entre Curicó y Concepción, bajo el mando del oficial de ejército Fernando Gómez Segovia, tenía instalado su cuartel general en una casa ubicada en calle Ignacio Carrera Pinto N° 262 de Parral, propiedad de la Sociedad Benefactora Dignidad y facilitada a la DINA para sus fines criminales.
Cuando en 1979 Pinochet ordenó la "Operación Retiro de Televisores" la Colonia de Schäfer no estuvo ausente de la macabra disposición. La operación consistió en la remoción de cadáveres de detenidos desaparecidos, inhumados en sepulturas ilegales, para hacerlos desaparecer definitivamente. Los hombres de Schäfer removieron los restos de al menos 22 desaparecidos que estaban sepultados en una fosa clandestina al interior del fundo El Lavadero, según confesó judicialmente el colono Gerhard Mücke; las osamentas fueron rociadas con fósforo químico para pulverizarlas y luego arrojadas al río Perquilauquén.
Luego del plebiscito del 88, y ante la previsible caída de Pinochet y su régimen, Schäfer y su staff procedieron a destruir y deshacerse de los vehículos que habían pertenecido a detenidos desaparecidos y que la Colonia había recibido como obsequios por parte de la DINA.
A finales de la década de 1990, los delitos de pedofilia, abuso sexual y violación de menores, cometidos contra los niños que estaban bajo su control y voluntad acabaron con la impunidad de Schäfer. Fue el mismo crimen por el que escapó de Alemania el que terminó por cercarlo en Chile. Pero en 1997, con la inefable ayuda de la red de protección, de nuevo escapó y se refugió en Argentina desde donde, años después, pudo ser capturado, traído a Chile y encarcelado. Cuando Paul Schäfer permanecía prófugo y oculto en Argentina, ordenó desde allí una nueva remoción de cuerpos, de armas y productos químicos. El año 2010 murió este criminal en una cárcel de Santiago; los más felices con su deceso fueron aquellos encubridores y protectores que, con el silencio del alemán, seguían salvándose del desprecio y del escarnio público, con mayor razón de cualquier posibilidad de ser juzgados por su complicidad con criminales de sucia estofa.
Las sociedades o empresas en que las gentes de Colonia Dignidad han camuflado sus dudosas adquisiciones son variadas y han ido mutando y cambiando de nombre, según sea impuestos internos o procesos judiciales por delitos de derechos humanos o procesos judiciales por los abusos sexuales sobre menores, los que acosen los intereses materiales de la sociedad. Hoy por hoy, con la complicidad de los de siempre, conforman un verdadero holding compuesto por tres empresas de pantalla que los colonos llaman ABC: Agripalma S.A, Bardana S.A. y Cinoglosa S.A. Bajo estos tres fantasmas se ocultan las empresas que le dan valor patrimonial a los dueños: Inmobiliaria e Inversiones Cerro Florido Ltda., que figura como propietaria de todos los inmuebles de la Colonia, administra todos los fundos y las faenas y negocios forestales; Abratec S.A., que administra todos los hoteles y restaurantes de la Colonia, opera una empresa de transportes y opera el negocio de los áridos y movimientos de tierra; Productora y Distribuidora de Alimentos Prodal Ltda., que se encarga de la producción y venta de productos de panadería, pastelería, rotisería y quesos; Transportes Power Tur Ltda., que es una empresa de movimiento de carga en carretera; y Sociedad El Quilén Colectiva Civil, cuya finalidad específica se desconoce.
En la conmemoración de este sábado se leyeron textos poéticos, cantaron canciones y consignas que reiteraban la necesidad de avanzar en verdad, justicia y memoria. Luego los manifestantes arrojaron claveles rojos al río Perquilauquén a nombre de quienes fallecieron en ese lugar.