Por Jorge Acuña Guajardo 

Magnus Carlsen retuvo cómodamente su condición de campeón mundial ante Ian Nepomniachtchi luego de 11 partidas, ambos contendores sostuvieron un interesante duelo en la capital de Emiratos Árabes Unidos (Dubái) siendo también parte de la exposición de la "World Expo", evento que agrupa a distintas naciones con afán de demostración comercial, progreso científico y tecnológico, nada mejor para los organizadores que un deporte que arquetípicamente se ha construido bajo la imagen de sabiduría e inteligencia.

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Pese al cuestionable régimen y las posibles acusaciones de "Sportswashing" (limpieza de imagen a través del deporte) a los países enriquecidos por combustibles fósiles el duelo se desarrolló sin sobresaltos políticos sustanciales. El enfrentamiento sí dio partidas muy interesantes desde lo deportivo, pero más aun, revitalizó con entusiasmo durante su inicio profundos debates sobre el deporte, la tradición, la inteligencia y el futuro.

El Duelo, las audiencias, la inteligencia "humana" y el futuro

Había gran expectativa sobre este enfrentamiento, el aumento sustancial de la práctica del ajedrez a nivel mundial provocado por los confinamientos y la serie "Gambito de Dama" producida por Netflix adelantaba que las audiencias iban a mejorar en comparación con otros duelos de este tipo, cosa que en principio así fue, sin embargo las primeras cinco partidas culminaron en largos y complejísimos juegos de los cuales sin un conocimiento bastante acabado es imposible de seguir concienzudamente.

A diferencia de otros deportes, la complejidad de una partida de este tipo no nos permite a la enorme mayoría de aficionados recriminar a un jugador por sus decisiones como lo haríamos en un penal durante la final de un mundial. Esto sucede no por ignorancia de las personas que siguen el ajedrez sino por la complejidad que ha adquirido ya 20 años de cuantiosos avances en inteligencia artificial que han sumado el más basto conocimiento sobre las teorías que sin entrenamiento sostenido y preparación es casi imposible de comprender.

Básicamente ambos contendores han aprendido tanto de las computadoras que, en partidas con tanto tiempo como el que dispusieron, el margen de error es bastante bajo, cosa que está progresivamente llevando a este deporte en general a encontrar cada vez más empates o tablas, mejor dicho: En ajedrez la belleza proviene del error y en cierto sentido la exactitud de las maquinas nos priva ese goce.

Este tema hasta filosófico ya lleva una cantidad importante de años en las 64 casillas, lo cierto es que tanto los formatos tradicionales que han normado la sucesión de campeones del mundo desde el siglo XX hasta hoy quedan en crisis ante las nuevas necesidades y particularidades de la práctica humana, la espectacularización de los eventos deportivos, la necesidad tanto de cuantiosos auspiciadores, audiencias masivas y el rol preponderante de las máquinas ya han instalado posturas sobre modificaciones a la tradición tan valorada y hasta religiosamente seguida por los ajedrecistas como el código de vestimenta, ni decir que hablamos de un juego de más de 500 años de documentación.

Magnus Carlsen, campeón del mundo y exitoso empresario de ajedrez ya ha tomado postura manifestando su interés en cambiar las reglas que definan un campeón del mundo, otros grandes dirigentes, deportistas u comentaristas han diseñado nuevas modalidades del deporte que para una persona sea imposible de memorizar la teoría consolidada de las redes neuronales, que el azar entre en juego en el orden de las piezas es una que ha tomado no pocos adherentes.

Volviendo al match, hasta la quinta partida (todas tablas hasta entonces) el consenso es que 'Nepo' había logrado neutralizar a un poco entusiasta Carlsen llevándolo a partidas largas en posiciones más menos sólidas con mucha teoría, cosa impropia del ajedrez que le caracteriza más dinámico y agresivo, esto iba a -en teoría- forzar luego de los 14 juegos en ritmo clásico a los desempates con un campeón exhausto. El interés radicó durante esos cinco duelos en los debates que expusimos previamente cobrando igual interés que el duelo ajedrecístico la pregunta ¿cómo evitamos los empates? Ésta si bien encuentra respuestas técnicamente satisfactorias, filosóficamente también nos plantea otras de la misma complejidad ¿Debemos sacrificar la tradición en pos del espectáculo? ¿Se busca realmente mayor destreza y/o belleza disminuyendo los empates? Por supuesto no existen respuestas concluyentes, pero Magnus sí dio una.

Sexta Partida: cobra relevancia el Ajedrez y Magnus pasa por encima

Fue la histórica sexta partida, la más larga de todas en los campeonatos del mundo la que desmoronó a 'Nepo', luego de casi 8 horas de juego. En un duelo que tuvo oportunidades para ambos Magnus logró quedarse con el triunfo, inesperadamente el noruego sacó a relucir su título y le planteo al ruso un juego agresivo y complejo con posibilidades para ambos, aunque las máquinas dirán que la posición resultante era tablas nuevamente Carlsen demostró tal vez su arma más característica; su extraordinaria y única capacidad de lograr victorias en finales. Fue este momento el que aplacó los debates para dar paso a las preguntas más clásicas en todo deporte ¿podrá el contendor recuperarse y revertir la situación? No fue así ni estuvo cerca.

Ian, luego de la derrota, fue a la conferencia de prensa de buen ánimo, tal vez buscando dar una señal de integridad comentó su derrota, la séptima partida fue tablas y aunque el resultado mostraba sus intenciones de mantenerse en el juego luego fue magistralmente derrotado en las partidas 8 y 9 de forma inapelable, Magnus logró mermar a 'Nepo' saliendo de su plan, seguir los mandatos de la teoría y jugar posiciones sólidas con tendencia al empate, quizás sin querer el campeón del mundo pese a enfrentarse a un jugador de estilo más arriesgado adoptó este camino y dio -tal vez sin querer- un atisbo de respuesta a los debates de las primeras cinco partidas, el ajedrez aún lo practican humanos y humanas esto significa convivencia con el error, riesgo y la evidente desmoralización de quien es vencido.

Llegados a la partida 11, Magnus ya poseía tres puntos de ventaja, luego de 49 jugadas venció contundentemente a su contendor devastado psicológica y deportivamente, con este resultado el marcador culminaría 7,5 - 3,5 a favor de Carlsen, lo que le significa la retención de su título y una dura derrota para un retador de quien se esperaba algo más.

El noruego agiganta su leyenda, sus bonos como favorito en cualquier escenario y por supuesto su fortuna, el ajedrez por su parte ha tomado partido en su rol para legitimar regímenes cuestionables (cuestión que ha hecho siempre vale decir) y su intención de migrar a las ganancias, eso tal vez siga siendo profundamente humano en nuestros tiempos. De momento lo que es debate sobre el futuro y el rol cada vez más preponderante de la inteligencia artificial en nuestras vidas queda en tablas.

Resumen del Campeonato Mundial de Ajedrez 2020 Dubái