La destrucción de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 demuestra el peligro de las emisiones de metano en el agravamiento de la crisis climática. En el contexto de la guerra económica como prolongación del conflicto bélico en Europa, este presunto sabotaje echa por tierra los esfuerzos colectivos de disminución de emisiones y se constituye como un despiadado crimen de guerra ambiental.

Por: Alberto San Martín

Tras el presunto sabotaje simultáneo de los dos gasoductos Nord Stream 1 y 2 en aguas internacionales (pero dentro de las zonas económicas exclusivas de Dinamarca y Suecia), en todo el mundo la preocupación se ha centrado en una posible escalada bélica del conflicto entre Ucrania y Rusia.

Sin embargo, la destrucción de ambos gasoductos no solamente está generando una filtración record que empeorará la crisis climática, sino que además debido a las dificultades en su rápida reparación, se pronostica que ambos gasoductos podrían quedar inutilizados para siempre en caso altamente probable de que la corrosión del agua salada dañe las estructuras.

Mapa muestra el recorrido de ambos gasoductos submarinos entre Rusia y Alemania, y el lugar de las filtraciones. Créditos: Wikimedia Commons.

Aunque ninguno de los dos gasoductos se encontraba en operación de suministro, ambos si contenían grandes cantidades de metano, un gas invernadero unas 80 veces más potente que el CO2.

«El impacto en el clima será desastroso e incluso podría no tener precedentes» señaló a Reuters el químico atmosférico David McCabe. El investigador agregó que aunque todavía no se pueden evaluar las dimensiones de la filtración, debido a factores como la temperatura del gas de la tubería, la rapidez del flujo, y la cantidad absorbida por microorganismos del oceáno «El potencial de un evento de emisión masivo y altamente dañino es muy preocupante»

Una estimación conservadora entregada a la citada agencia por Jean-Francois Gauthier, vicepresidente de la empresa satelital GHGSat, habla de 500 toneladas métricas por hora tras la explosión inicial, estimando que la presión y el flujo fueron decreciendo con el tiempo.

El propio vocero de la empresa Nord Stream 2 había señalado el lunes que el gasoducto contenía 300 millones de metros cúbicos de gas.

Dentro de la incertidumbre, estimaciones realizadas por científicos recogidas por The Guardian bordean las 100.000 a 350.000 toneladas de metano. En lo que ya se perfila como una de las mayores filtraciones de estas características registradas.

Jasmin Cooper, investigadora del departamento de ingeniería química del Imperial College London explicó al mismo medio que "Sabemos que hay tres explosiones, pero no sabemos si hay tres agujeros en los lados de la tubería o qué tan grandes son las roturas", señaló agregando que "Es difícil saber cuánto está llegando a la superficie. Pero son potencialmente cientos de miles de toneladas de metano, un volumen bastante grande que se bombea a la atmósfera".

El metano es un gas invernadero 30 veces más potente que el CO2 en un periodo de 100 años y más de 80 veces más potente en un periodo de 20 años, explicó la especialista al citado medio.

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Por su parte, la agencia ambiental de Alemania ya advirtió que no existen mecanismos para contener las fugas, por lo que se espera que la totalidad del contenido escape.

Cabe mencionar que mientras haya gas en la zona no pueden navegar ni menos sumergirse eventuales equipos de reparaciones para las tuberías de acero de 12 centímetros de ancho revestidas con hormigón. La profundidad estimada del fondo en la zona impactada es de unos 70 a 90 metros.

Filtración de gas metano desde la zona destruida: Foto: Fuerza Aérea de Dinamarca

Después de las explosiones, tanto Dinamarca como Suecia han emitido alertas de restricción de la navegación para las naves que circulan en la zona, las que podrían incluso perder flotabilidad o sufrir accidentes. Asimismo, los mencionados países como también Alemania anunciaron intensificar la vigilancia satelital y con drones para resguardar la zona de otros posibles sabotajes.

La agencia de energía de Dinamarca señaló este miércoles que el contenido de ambos gasoductos alcanza el equivalente al 32% de las emisiones de CO2 anuales de todo el país. Son cifras que duplican las estimaciones iniciales y que significarían entre 200.000 y 400.000 toneladas de metano a la atmósfera, una cantidad que se preve que se liberará completamente hasta aproximadamente este domingo.

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Cabe mencionar que 250.000 toneladas de metano son equivalentes al impacto que generan 1.3 millones de autos conduciendo sin parar durante un año, estimó Jean-Francois Gauthier de la empresa GHGSat y que además calificó como «desafiante» la sola estimación de esta filtración.

Mientras que Zeke Hausfather, investigador integrante del Panel Internacional de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) citado por El Salto estimó una posible fuga de 115.000 toneladas de metano --3,2 millones de toneladas de CO2 equivalente-- solo en el Nord Stream 2

Despiadado crimen de guerra ambiental

Aunque la preocupación y el foco mediático se ha centrado en una posible dramática escalada de la guerra, con mayor razón en este contexto es donde el impacto ambiental de la destrucción de ambas complejas estructuras no debe ser dejado de lado.

Esto debido a la crítica situación en que se encuentra el sistema climático de la Tierra con respecto a las emisiones de gases invernadero, una situación que al menos en el papel, es reconocida por la gran mayoría de las naciones incluyendo las grandes potencias contaminantes (EE.UU., China, Rusia y la Unión Europea). Sin embargo, y aunque aún no se conocen los responsables directos de este ataque, vemos que en el terreno de la guerra económica y la guerra abierta, lamentablemente la crisis climática pasa rápidamente a último plano en pos de los objetivos bélicos estratégicos.

Imagen principal: Fuerza Aérea de Dinamarca/ Agencia AFP/Getty