Por Aniceto Hevia

En la reciente elección presidencial participó un 47,34% del padrón electoral (7.115.590) y en las legislativas y Core, la proporción se mantuvo. Si se compara con la cantidad de electores/as del plebiscito de 2020 (7.573.914), fue menor en 458.324 votantes. En cambio, si se le compara con la última elección presidencial en 2017 (6.703.327), la participación fue proporcionalmente similar, pues en ella votó un 46,72% del padrón. Desde 2013, las elecciones presidenciales se realizan sin que vote más de la mitad de personas habilitadas.

El último registro del SERVEL provoca diversas observaciones y preguntas, relevantes para la segunda vuelta electoral, veamos algunas.

En la zona centro y sur del país se puede apreciar una diferencia de mayor proporción entre los resultados electorales de Boric y Kast en comunas semirurales o periféricas a las capitales regionales, sobre todo desde la región del Maule hasta Los Lagos.

También es interesante observar cómo en comunas en que recientemente triunfaron con relativa holgura candidaturas edilicias cercanas o pertenecientes al Frente Amplio y el Partido Comunista, los votos no favorecieron necesariamente a Boric. Más aún, en algunas comunas los votos se inclinaron ostensiblemente por Kast, como fue el caso de Santa Juana, Curanilahue y Los Lagos.

La irrupción de Franco Parisi, sobre todo en las regiones del norte chileno, obliga a considerar distintos aspectos respecto a las expectativas generadas por él, fundamentalmente situadas en permitir el retiro total de los fondos de las AFP ante la evidencia de que estos acaban por ser aprovechados por el empresariado y de generar mecanismos de participación directa en distintas cuestiones por ahora determinadas con exclusividad por autoridades políticas. No obstante, llama la atención que en su programa no haya ninguna mención al Tribunal Constitucional, institución que ha operado como una tercera cámara legislativa visando o reprobando normativas jurídicas emanadas por el Congreso o el Senado. Las 899.403 personas que votaron por Parisi, lo hicieron sin que las imputaciones de estafa, lavado de dinero y de ser deudor de pensión alimenticia condicionen su regreso a Chile a su formalización por tales delitos. (Por cierto, su programa no se pudo extraer del sitio de su agrupación "partido de la gente", pues no está operativo).

Apenas se conocieron los resultados de las votaciones, diversas figuras de la UDI y RN acudieron hasta Las Condes, donde José Kast haría un discurso a sus adherentes. Seguidamente, Manuel Ossandón, una de las figuras de la conversión abortada por la derecha condicionó su apoyo, dejando atrás la anterior oposición por considerar su candidatura de "extrema derecha".

Sin duda, la votación de Boric y su coalición no recogió la totalidad de votantes por aprobar la Convención Constitucional, los problemas que motivaron las masivas protestas del Estallido Social no fueron planteados en sus intervenciones, salvo en términos muy generales sin abordar su implementación. ¿Qué le dijo a esos 2,3 millones de habitantes que subsisten en medio de la informalidad laboral? ¿Les dio certeza de que se implementará un código laboral que corrija las debilidades del actual y que por fin será normativa eficaz en su protección? ¿Qué compromisos entregó respecto a la construcción de un verdadero sistema de previsión y poner fin a las AFP? ¿Cómo explicó el fenómeno del narcotráfico, devenido en actividad económica relevante en una multitud de poblaciones, precisamente, en medio de la ausencia de una economía productiva y de condiciones laborales con derechos? ¿Qué certezas ofreció a las comunidades que sufren el acaparamiento y la explotación de bienes comunes por parte de empresarios de que este saqueo terminará? ¿Qué plan de desarrollo productivo le ofreció a miles de cesantes o subempleados/as que arroja anualmente el sistema de educación superior? ¿Qué política de vivienda presentó ante las millones de personas que viven en campamentos, deben arrendar o pagar intereses leoninos a bancos e inmobiliarias, o sencillamente sus casas están inhabitables por el grotesco fraude que empresas hicieron al construirla?

Son problemas concretos que requieren respuestas coherentes hasta ahora eludidas por todo el arco de la política oficial. Son también los problemas que estuvieron detrás del Estallido Social y, la posibilidad de su solución, motivó la gran votación en favor de la redacción de una nueva Constitución. No obstante, Boric y su comando no se han hecho cargo de ello. Hoy, un candidato pinochetista, que se presenta como la continuidad extremada del gobierno de Piñera, no sólo es la carta de la derecha en su conjunto, sino que pretende captar la frustración de una multitud sucesivamente decepcionada, mostrándole supuestos culpables de su desgracia: otros/as pobres, otros/as trabajadores/as, sin mencionar el modelo de enriquecimiento empresarial que genera niveles de empobrecimiento y desigualdad supinos en la sociedad chilena.

Gabriel Boric no sólo tiene la posibilidad de rectificar su rumbo, sino que debe hacerlo para sumar a quienes integran ese 54% de abstencionistas y a quienes se han inclinado por otras candidaturas. El candidato y su coalición deben entender que el país no se "derechizó" ni crecieron las comunas del «Rechazo» y que por lo tanto, no puede seguir dando garantías de continuidad para luego pedir perdón, sino que debe decirle a las personas y a la comunidad cómo cambiará lo que debe ser cambiado.

Fotografía extraída de cuenta Senador Latorre