[resumen.cl] En los últimos siete días en Brasil fueron contabilizados más de 500 mil nuevos contagios, superando a la India e instalándose como el segundo país en el mundo con más contagios. En la semana también se registraron 12 766 fallecimientos, equivalente a un promedio diario de 1 824 personas muertas cada 24 horas, más alto del mundo. El desastre de Bolsonaro no es sólo una amenaza para Brasil, sino para todo el continente, donde países ya han cerrado las fronteras y restringido vuelos desde el gigante sudamericano.

Al surgimiento de la hoy denominada Cepa de Manaos, hoy denominada P1, se suma el hallazgo de una nueva cepa cuyos primeros casos se abrían registrados en Río de Janeiro.

La P1, desarrollada en un país donde su gobierno ha permitido la libre circulación del virus, se conoce que tiene características preocupantes, como que es más más fácil de transmitir, las personas duran más tiempo con la capacidad de infectar a otras y que la respuesta inmune generada a otras infecciones anteriores no es eficaz para controlar esta variante.

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Además, ya hay información que está presente en algunos países de Europa y Asía, pues de hecho fue detectada por científicos Japoneses, para vergüenza de la ciencia brasileña. Sin embargo, lo que más preocupa es su expansión en América Latina, ya que varios países de la región experimentan una explosión de casos de contagios como Paraguay con un 110% de aumento, un 80% en Uruguay, país que había mantenido a raya la primera ola de contagios, y Chile con un 35% de aumento a pesar de tener un proceso de vacunación en marcha.

Argentina adoptó la decisión de controlar las fronteras con Brasil, Paraguay, Chile y Uruguay. Asimismo, Colombia ha cerrado las fronteras terrestres con Brasil, al registrase los primeros casos de la cepa de Manaos.

Chile sigue sin tomar medida alguna con respecto a la P1 a pesar que las autoridades del propio Minsal reconocieron hace más de una semana que el virus de Manaos ya circula en nuestro país.

El gobierno de Bolsonaro se ha transformado en una problema ya no sólo e Brasil sino de todo el continente, mientras en la región del Biobío por meses los casos vienen al alza, sin que el Seremi de Salud un reconocido bolsonarista sea destituido de su cargo.