La reelección inmediata de presidente en El Salvador es inconstitucional. Sin embargo, el régimen de Nayib Bukele ha movido los engranajes para que pueda participar de las elecciones en 2024. Tras solicitar una licencia por seis meses, Bukele ha delegado algunas funciones; sin embargo, esto no lo ha despojado de su investidura del cargo, siendo candidato y, a la vez, presidente.
Por J. Arroyo Olea
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha apostado por ser reelegido en un país que no permite -constitucionalmente- que un presidente pueda ser inmediatamente reelecto. Sin embargo, la Constitución de El Salvador pareciera no ser estorbo para el militante de Nuevas Ideas.
Recientemente, Bukele anunció que solicitaría una licencia por seis meses para dedicarse a competir en las elecciones de 2024. Sin embargo, esta licencia no permite que el presidente deje de serlo.
El medio salvadoreño El Faro ha señalado que «Bukele (y sus magistrados y sus diputados, violando al menos seis artículos de la Constitución que juraron respetar) corre como candidato a la Presidencia sin siquiera haber dejado su investidura como jefe del Ejecutivo«.
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El mismo medio ha explicado que no existe un procedimiento legislativo para sustituir al presidente a un que quiere reelegirse, producto de que en al menos seis artículos de la Constitución se clarifica que este proceso queda fuera de cualquier marco normativo.
Así las cosas, el régimen de Bukele ha avanzado en la concentración y acumulador del poder en diversos estamentos del Estado, como lo es la propia presidencia y la Asamblea Legislativa.
De esta manera, la licencia obtenida ha sido la forma de enfrentar el artículo 152 de la Constitución, donde establece que no podrá ser candidato «el que haya desempeñado la Presidencia de la República por más de seis meses, consecutivos o no, durante el período inmediato anterior, o dentro de los últimos seis meses anteriores al inicio del período presidencial».
Sin embargo, la licencia de Nayib Bukele no lo ha despojado de su investidura del cargo, sino que ha permitido la delegación de funciones. Pero en la práctica, continúa siendo presidente, manteniendo su fuero, guardaespaldas, casa presidencial, entre otras.
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Fotografía principal: Diseño elaborado a partir de registros de Partido Nuevas Ideas y cuenta de Casa Presidencial El Salvador