[resumen.cl] Mediante un comunicado, la Confederación de Profesionales Universitarios de los Servicios de Salud (Fenpruss), manifestó sus cuestionamientos al plan «Paso a Paso» impuesto por el gobierno que busca un retorno a la productividad de la clase trabajadora. Entre sus principales reparos destacan que no fue consultado a expertos, que los indicadores aún no son lo suficiente para tomar medidas de relajo, que aún estamos en pleno invierno, entre otras, que nos pueden llevar a un rebrote aun peor que nos lleve a una situación peor a la que ya hemos vivido.
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Desde la agrupación sindical señalan que los criterios establecidos por el Minsal para definir cuándo una zona está apta para desconfinarse son mucho más laxos que los sugeridos por el propio consejo asesor COVID-19 del Gobierno y aún más lejos de los parámetros establecidos por la OMS, además, puede resultar muy complejo debido a las dificultades para realizar una correcta trazabilidad de los casos.
Revisa el comunicado de la Fenpruss a continuación:
Ante la implementación por parte del Gobierno del plan "Paso a Paso", que incluye el desconfinamiento de distintas zonas del país, entre ellas un grupo de comunas de la Región Metropolitana, declaramos lo siguiente:
1.- El plan "Paso a Paso" no fue consultado con el amplio arco de expertos/as, académicos/as, sindicatos de la salud pública, organizaciones sociales o las instancias formales creadas por el gobierno como la Mesa Social COVID-19. Estos grupos y espacios son los que pueden entregar una visión clara de lo que hoy está ocurriendo en los distintos puntos del país. Como representantes de las y los profesionales de la salud pública, podemos advertir sobre el agotamiento del personal, la falta de infraestructura y la crisis sanitaria que sigue todavía vigente.
2.- No compartimos que se implemente un plan de retorno en tanto los indicadores que hoy tenemos como país, si bien presentan una mejoría, siguen mostrando una situación epidemiológica grave. Los criterios establecidos por el Ministerio de Salud para definir cuándo una zona está apta para desconfinarse son mucho más blandos que los sugeridos por el propio consejo asesor COVID-19 del Gobierno y aún más distantes de los establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Asimismo, sigue existiendo poca transparencia en la entrega de datos, con criterios que las autoridades han ido modificando de forma recurrente, lo que dificulta un análisis integral del estado de la pandemia en nuestro país.
3.- Uno de los criterios más importantes para evaluar el relajamiento de las medidas de confinamiento es la trazabilidad de los casos y sus contactos. En Chile, comenzamos esta tarea con mucho retraso, lo que implica un débil seguimiento de las personas infectadas, haciendo prácticamente imposible tomar medidas focalizadas que impidan un nuevo contagio masivo en el caso de que las personas retomen sus actividades normales.
4.- En el caso de la Región Metropolitana, una vez más se insiste en aplicar medidas por comuna o grupo de comunas, ignorando el fracaso que esto significó con las "cuarentenas dinámicas". No se está tomando en cuenta que la ciudad es dinámica y sus habitantes se movilizan a través del territorio, por lo que las medidas que se adopten deben ser las mismas al menos para toda el área urbana.
5.- El resultado del desconfinamiento en las regiones de Aysén y Los Ríos, que fueron utilizadas como laboratorio por parte del Gobierno, es negativo, en tanto se observa que una vez terminada la cuarentena, el número de casos diarios de COVID-19 volvió a subir en estas zonas.
De acuerdo a lo expuesto, y tomando en cuenta que aún estamos en pleno invierno, consideramos inoportuno implementar estas medidas de forma tan rápida y sin considerar la respuesta que estos discursos y políticas de normalidad pueden tener en la población. Una actitud de relajo, junto a políticas de normalización sin las condiciones necesarias, pueden llevar a un rebrote aún más grave que los vistos en otros países que sí abordaron de forma correcta la pandemia y siguieron las recomendaciones de la OMS.
Hacemos un llamado urgente al Gobierno y al Ministerio de Salud a que no insistan en las actitudes poco dialogantes y reñidas con el bienestar de la ciudadanía que nos llevaron al desastre sanitario que hoy seguimos viviendo. No podemos seguir repitiendo los errores, dando señales equívocas y forzando una normalización de las actividades económicas en desmedro de la salud de las personas.
Como organización sindical sabemos que llegará el momento de ir retomando las actividades, y para ello nos pondremos a disposición, como siempre lo han demostrado las y los trabajadores de la salud. Sin embargo, ese momento no es ahora cuando la situación epidemiológica aún es grave. Debemos cuidar la vida y la salud de la población, y avanzar en políticas públicas que le permitan a la gente mantener los resguardos, otorgando para ello la ayuda económica directa que tanto necesitan las familias chilenas para no verse obligadas a exponerse al virus en búsqueda de un sustento diario.