Los concursos de vino según pequeñas/os productoras/es: “cortinas para esconder los verdaderos problemas del sector”

[resumen.cl] Los concursos de vino y sus resultados constituyen instancias que pueden ser determinantes en la valoración que el público haga de ellos. En ocasiones, los juicios de quienes catan instalan tendencias, promovidas por empresas interesadas en convencer basándose en la autoridad que representarían estas figuras, o sea incurriendo en la falacia argumentativa Ad verecundiam.

En Chile también se realizan concursos de vino y uno de ellos es Catad'Or Wine Awards. Su primera edición fue en 1995 y este 2020 tuvo su vigésima quinta edición. Desde el 2017 se incorporó la categoría Vinos Campesinos y actualmente existe una denominada Vino Ancestral, en su reemplazo, financiada por INDAP y a la cual pueden postular usuarios de sus programas. Hace algunas semanas, esta institución divulgó:

«En el selecto grupo de los premios más importantes del concurso Catad'Or Wine Awards, junto a empresas vitivinícolas como Casa Silva, Tabalí y Miguel Torres, inscribió su nombre David Ramírez Fuentealba (45), pequeño productor de INDAP de la localidad de Guarilihue, comuna de Coelemu, Región de 'uble, cuyo Mayor Tesoro, Cinsault 2019 fue galardonado como el Mejor Vino Ancestral Campesino 2020. [...]

En esta versión aniversario, por los 25 años de Catad'Or, participaron 81 productores de INDAP con 151 vinos en la categoría de Vinos Campesinos, de los cuales 34 obtuvieron medallas. Además de Ramírez también recibieron Gran Oro Caudillo Benavides Cinsault 2020, de Viña Alto Piedra, de Quirihue, y Don Clemente Carménère 2019, de Viña Don Clemente, de Palmilla. Hubo otras 28 de Oro y 3 de Plata.»

Respecto a esta situación, Yenny Llanos, vocera de la Coalición Nacional de Viñateros entregó a Resumen su mirada respecto de tales eventos, desde la perspectiva de una productora.

«Desde el 2017 que INDAP financia la participación de pequeños productores de vino en el concurso, que no es gratis, ya que hay que costear evento, jurados, medallas, etcétera. Sin el subsidio de INDAP, sería muy caro participar para el pequeño productor que produce 500 a 1000 botellas anualmente.

Lo que observamos desde el 2017 a la fecha, es que prácticamente continúan los mismos productores participando. Por ejemplo, en el caso del Valle del Itata, participan entre 30 y 40 de un universo de 6.449 productores, según ultimo censo agropecuario (2007). Y si hablamos a nivel país, se registran 17 mil productores según el mismo censo del 2007, entonces el número de productores que participa es la nada misma. Es claro que en 13 años (desde 2007 a la fecha), con los graves abusos de mercado amparados por el Estado y sus autoridades de turno, se estima que al menos un 30% de los viñateros de estos 17 mil ya no están, lo que refleja los resultados de nefastas políticas en la industria y la imagen país, donde ni con estadísticas en forma veraz y oportuna podemos contar.

En cuatro años de concurso no hemos visto mucho desarrollo o avance en número de productores que vinifiquen, embotellen ni en el volumen que producen. Es más, muchos de aquellos productores que participan en el concurso siguen vendiendo gran parte de su producción de uva pagada a precios bajo costo, lo que es triste y frustrante, sabiendo que teniendo calidad reconocida no te paguen ni siquiera el costo. La vasta mayoría de estos productores premiados venden en mercado local, principalmente en ferias, lo que implica pagar 39,5% en IVA e ILA [Impuesto Adicional que grava a las Bebidas Alcohólicas] casi la mitad del valor del producto. Además, esto requiere dedicar tiempo a la venta, que también complica a pequeños viñateros, quienes deben elegir entre trabajar sus viñas o vender vinos en ferias, pues no tienen para pagar a alguien que realice la gestión de venta o trabajos de la viña, que no son pocos.»

– En la publicación referida a la premiación, el director nacional de Indap, Carlos Recondo, habría destacado "la participación récord de productores campesinos en esta versión del concurso Catad'Or, así como la importante cantidad de medallas conseguidas, sobre todo las primeras de Gran Oro". ¿Qué opinión les merece las afirmaciones de esta autoridad?

«Esta categoría, llamada "Vino Ancestral", no obedece a un tipo de vino y ni está reglamentada ni tiene una definición legal o formal de lo que es. Ahí, estos pequeños productores financiados por INDAP compiten entre ellos en lo que pareciera ser una segregación, pues un vino de pequeño productor puede competir perfectamente en cualquier categoría donde compiten las grandes o renombradas viñas del país que obtienen las uvas para sus vinos, mayoritariamente de estos mismos pequeños productores a los cuales pagan bajo costos. Por lo tanto, no entendemos por qué separar o segregar. Es más, si miramos la producción total de pymes viñateras del país, en su vasta mayoría es producción de cepas francesas y las cepas ancestrales [principalmente País] representan una pequeña proporción, por ende es un error afirmar que los pequeños productores solo tienen cepas ancestrales, la mayoría de ellos en Maule, Colchagua, Maipo, tienen cepas francesas y son abusados de igual forma que quienes producen cepas ancestrales.»

Viñateras de San Nicolás

Viñateras de San Nicolás – Artículo: Los concursos de vino…

Al interior de la Coalición Nacional de Viñateros hay quienes han participado de las iniciativas de INDAP destinadas a difundir un supuesto aporte de la vinificación campesina.

Nubia Ortiz se presenta como viñatera agroecológica de San Nicolás, lleva más de treinta años siendo usuaria de programas de INDAP. El 2017 compitió en la categoría que entonces se llamaba Vinos Campesinos. Lo hizo con su Cabernet Sauvignon, ganando medalla de oro. Cuenta que todavía le quedan botellas de esa producción, pues no las ha podido vender, ya que el tiempo no le da para trabajar viñas y andar en ferias, teniendo que entregar a granel este y otros vinos a precios que no pagan el trabajo, el costo y la calidad. Ella también produce vino de cepa País y, según cuenta, previo a la vendimia de 2019, el vino que no había logrado vender se lo pagaban a $150 el litro de País y $230 el litro de Cabernet Sauvignon, representando una pérdida, pues el costo de producción promedio es de $440 pesos por litro. Por otra parte, ese año las empresas pagaron la uva a $70 la País y $120 la Cabernet Sauvignon, teniendo un costo promedio de $230 pesos por kilo.

Nuvia agrega que los programas de asistencia técnica de INDAP para San Nicolas, se implementan por medio de PRODESAL, que no cuenta con enólogo/a para asesorarles. Antes existió un Servicio de Asesoría Técnica ejecutado por la Universidad de Talca, pero su licitación no se renovó, quedando sin esta asistencia.

Por otra parte, Herminda Torres, viñatera de Coelmu, expresa: "Al conocer de la premiación, son sentimientos encontrados. También soy agricultora y productora de vinos, con 900 botellas de producción este 2020, y usuaria de INDAP, pero no fui informada ni tampoco invitada a participar. Creo que debería ser un concurso abierto donde todos pudiéramos estar". Agrega que "en relación a la opinión del Director Nacional de INDAP por las cantidades de medallas conseguidas en vinos ancestrales y de abrir mercados, no lo veo tan factible, ya que se produce en cantidades pequeñas y sin la implementación adecuada. En el grupo de los premiados conozco algunos casos que no tienen recursos ni para hacer mil botellas y lo digo con certeza, pues pertenezco a ese grupo que vinificamos con mucho esfuerzo y el gran apoyo de un enólogo que el municipio contrató y tiene a nuestra disposición, el señor Demy Olmos, oriundo de Casa Blanca".

David Ramirez, viñatero de Coelemu, que participó y resultó ganador de medalla de oro en el último concurso de vino, al igual que Herminda, fue asesorado por Demy Olmos. Coincide en que la medalla ratifica la calidad de los vinos de pequeños productores, pero que no ayuda mucho, en tanto alcanza a vinificar una pequeña cantidad, mientras deben seguir vendiendo su uva a precios inferiores a los costos de producción por falta de infraestructura y equipamiento de vinificación. De hecho, indica que el único aporte que ha recibido de INDAP ha sido un crédito para embotellar alrededor de mil botellas, siendo esto absolutamente insuficiente para sostener económicamente su actividad.

A modo de conclusión, Nuvia declara que ya no participa en dichos concursos de vino, entendiendo que las autoridades los usan como cortinas para esconder los verdaderos problemas del sector. Para ella, esta situación se explica por el vínculo entre autoridades y el empresariado vínico, del cual el caso de Claudia Carbonell es un ejemplo, pues antes de fungir como Directora de Odepa [Oficina de Estudios y Políticas Agrarias], fue gerenta general en la Asociación de empresas de vitivinícolas, Vinos de Chile para volver a esta institución y desempeñarse hasta ahora como Jefa de Departamento de Estudios.

Finalmente, Yenny Llanos califica este concurso de vino como "pirotecnia", al igual que otras iniciativas con propósito publicitario, pues no contribuyen a transformar las condiciones que determinan la producción vitivinícola de pequeñas/os productoras/es.

Fotografía principal extraída de catador.cl

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