Por Joaquín Pérez

En solo unas horas el Ejército y la Policía peruana desencadenaron una nueva masacre en la región de Puno en Perú, específicamente en la ciudad de Juliaca, donde 17 personas que se manifestaban contra el gobierno de facto de Dina Boluarte fueron asesinadas y otras 38 resultaron heridas a bala o perdigones, las que han colapsado los servicios de salud.

Este lunes, también fue asesinado un manifestante en la misma región de Puno, esta vez en la localidad de Chucuito.

Tras retomar las movilizaciones, luego de la tregua de fiestas de fin de año, desde el 4 al 8 de enero se habían registrado más de 80 heridos, pero ningún muerto en las manifestaciones.

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El lunes la dictadura peruana volvió a masacrar a la población civil, específicamente a población indígena, en un acto criminal de connotaciones racistas.

Se denuncia nuevamente que un estudiante de medicina que prestaba socorro a manifestantes heridos fue ejecutado por un disparo.

También un médico denunció la utilización de balas de fragmentación por parte de las fuerzas militares y policiales, lo que provocó el alto número de bajas y la gravedad de las lesiones en las personas heridas.