[resumen.cl] Los Juegos Olímpicos siempre han tenido una connotación geopolítica, por muchos años fue la disputa entre capitalismo y socialismo, que llevó incluso al boicot mutuo de unos en contra de otros en algunas de sus versiones, durante los años de la guerra fría.

Con posterioridad al derrumbe del bloque socialista de Europa Oriental, Estados Unidos convertido en potencia hegemónica mundial, dominó los Juegos en cada una de sus versiones, desde Atlanta en 1996, Sydney 2000, Atenas 2004, Londres 2012 y Rio de Janeiro 2016. Solo hubo una excepción, ocurrida en los Juegos Olímpicos de Pekin del año 2008, donde China se impuso en el medallero en una disputa que se libró hasta los últimos días del evento.

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Sin embargo esta vez, para todo el mundo está claro que China será la gran ganadora en Tokio 2020-21. Ya el primer día de competición se pudo constatar un hecho significativo: EE.UU. no obtuvo ninguna medalla, cosa que no ocurría desde los JJ.OO. desde 1976 en Montreal.

La pérdida de la hegemonía estadounidense en diversas disciplinas es notoria. Desde un inicio de los Juegos de Tokio se pudo preveer que China se impondría en el medallero, ya no como una cuestión circunstancial, por tener representaciones en todos los deportes, sino por su avance en todas las disciplinas deportivas. Sin embargo, el medallero que podemos ver en el sitio oficial de los Juegos Olímpicos, no es el mismo que aprecia la comunidad estadounidense a través de sus cadenas de televisión, tampoco en los medios deportivos y ni siquiera en la prensa del país como el NYT.

Se aferran a la construcción de un ranking en base al total de medallas, donde efectivamente superan a China, sin embargo este método nunca ha sido el utilizado por ningún país, ni siquiera Estados Unidos antes de estos juegos.

El inicio del fin de la hegemonía de la nación más poderosa del planeta ya se ha iniciado, el deporte y los Juegos Olímpicos son otro síntoma más de los muchos que nos llegan desde diversos ámbitos. Las autoridades políticas y grupos de poder en EE.UU. tratan de de manejar el problema cultural y psicológico que ello significa.

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