Por Lucía Sepúlveda y Esteban Silva, voceros de Chile Mejor sin TLC
Los partidarios del TPP11 iniciaron una frenética campaña mediática para impedir que el TPP11, congelado en el Senado desde el 19 de octubre de 2019, continúe siendo un recordatorio permanente de que Chile despertó y dijo basta al actual modelo económico. Los sectores conservadores, socios del gran capital internacional, se han aliado con el rechazo a la nueva Constitución. Sus aliados al interior de la cancillería les filtran información a los incondicionales de los Tratados de Libre Comercio. El objetivo es bloquear los intentos de los nuevos negociadores de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales del gobierno de Boric para emular a Nueva Zelanda y lograr acuerdos bilaterales (side letters) con países clave, que permitirían excluir el sistema de resolución de controversias.
La campaña de promoción del TPP11 y de la aceleración de la firma del Tratado de Asociación con la Unión Europea, opera desde ciertos medios ligados a los grupos económicos, pero se despliega en redes sociales. Ellos exhiben su impúdica y grosera alianza con el Rechazo y se ubican tanto en la derecha como la ex Concertación, entre estos últimos la ex canciller Alvear y algunos socialistas. Tildan a nuestra organización de atrasada por promover un comercio e intercambio justo y con valor agregado a nivel global, y buscar que se estimule la existencia de la innovación en pymes y formas de producción no monopólica, que atiendan en primer lugar las necesidades nacionales de consumo, abastecimiento, y empleo decente. Su discurso descalificador ignora, por ejemplo, las discusiones en desarrollo en foros internacionales, y también a nivel social global, sobre aspectos relativos a propiedad intelectual, el agua, energía, inversión, y resolución de controversias incorporados a los nuevos tratados internacionales de libre comercio. A falta de argumentos a favor de los tratados, denuncian como una suerte de delito la reunión que Chile Mejor sin TLC realizó por ley de lobby con la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales, para recabar información directa sobre el proceso anunciado de participación ciudadana en el tema del comercio internacional.
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Nuestra organización, junto a la movilización popular, ha enfrentado exitosamente la amenaza de tratados conocidos solo por filtraciones, y negociados en secreto. Desde 2015 Chile Mejor sin TLC y sus diferentes vocerías han sostenido reuniones con cancilleres y parlamentarios de distinto signo político. Se ha presentado nuestra posición, exigiendo el fin del secretismo y demandando estudios que demuestren por qué esos tratados serían beneficiosos para el país, dados los resultados hasta ahora conocidos en territorios y zonas en sacrificio tras más de 20 años de libre comercio.
Nada ha cambiado hasta ahora. No conocemos el texto que se negocia con la Unión Europea ni los posibles puntos críticos postulados por el gobierno actual. Nuestras propuestas sobre prioridades en el comercio internacional no coinciden con las disposiciones de estos tratados de última generación. Nuestra iniciativa popular constituyente planteó como alternativa priorizar mercados de Latinoamérica y el Caribe, así como los mercados territoriales y locales, respondiendo a las necesidades de estos tiempos post pandemia. Nos preocupan también la crisis ecológica global, los impactos ambientales de los megaproyectos de inversión desarrollados bajo estos tratados, los impactos en la salud y la alimentación, y la vulneración de la soberanía de los pueblos por las imposiciones contenidas en este tipo de tratados. Los detractores del TPP11 no respetan la democracia. Su ataque al subsecretario Ahumada es un descarado veto al deber de todo alto funcionario público de escuchar a una organización ciudadana. Para el Rechazo, solo serían legítimas las reuniones que tuvo el subsecretario por ley de Lobby con el American Council, Asimet, SOFOFA, la Asociación de Viñateros y la Cámara Chileno Norteamericana de Comercio. Añoran los viejos tiempos de Andrés Rebolledo y Paulina Nazal en la DIRECON, una burocracia campeona del "cuarto oscuro" (oficialmente llamado Cuarto Adjunto) al servicio de los negocios de las corporaciones transnacionales. Son los viudos de Rodrigo Yáñez, predecesor de Ahumada, cuya visión sobre los tratados era dictada por el lobby del gran capital extranjero, sus socios chilenos y Piñera.
Esta visión unilateral y sesgada de la política económica internacional resulta intolerable para los tiempos que vivimos, particularmente en el contexto del plebiscito.
Como organización ciudadana, Chile Mejor sin TLC adscribe al Apruebo, por los Derechos Humanos y de la Naturaleza y se unió recientemente al comando "Apruebo por el Agua". Los tiempos de cambios que se vienen, son efectivamente incompatibles con la ciega adhesión a este tipo de tratados internacionales, mal llamados de "libre comercio", como hemos señalado en carta pública al Presidente Gabriel Boric el pasado mes de junio.
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