[resumen.cl] El presidente de Perú, Pedro Castillo, anunció este domingo la presentación de una reforma agraria para distribuir la propiedad de la tierra y favorecer a campesinos e indígenas de las provincias.

El domingo pasado el presidente Pedro Castillo anunció durante la ceremonia de inauguración del CITE-Agroindustrial Vraem, en el distrito de Pichari, Departamento del Cusco, el inicio de una "segunda reforma agraria en el Perú", noticia esperada por sus electores, principalmente campesinos de las provincias.

"Quiero dejar muy en claro que esta segunda reforma agraria no busca expropiar tierras ni quitar derechos de propiedad de nadie» señaló Castillo, para después agregar que su gobierno plantea poner al Estado «al servicio» de los agricultores «relegados durante décadas, gobierno tras gobierno».

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El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), especificó más adelante los nueve ejes de la nueva política agraria del gobierno, entre ellas: seguridad alimentaria, asociatividad y cooperativismo, infraestructura hidráulica, servicio civil agrario-SECIGRAagrario. Del mismo modo Industrialización rural, mercados de productores y compras estatales, articulación intergubernamental e intersectorial en el territorio, repoblamiento ganadero, crédito desde un banco de fomento agrario al servicio principalmente de la agricultura familia y las cumbres regionales.

Actualmente la agricultura familiar representa el 97% de las unidades agropecuarias del Perú y provee más del 70% de los alimentos que consumen los casi 32 millones de habitantes del vecino país.

Entre las medidas que comprometió está industrializar el cultivo de hoja de coca, tal como lo hiciera Bolivia durante el mandato de Evo Morales. Se estima que en Perú el consumo de esta planta ancestral abarca a más de 6 millones de personas, principalmente quechuas y aimaras. El total de hoja consumida se estima en 11.712 toneladas anuales.

La fecha escogida, no fue casual, pues el 3 de octubre pero de 1968, fue el día que Velasco Álvaro tomó el poder en el Perú, encabezando un gobierno militar de carácter nacional progresista, que entre otras cosas dictó la primera reforma agraria en Perú el año 1969, la que implicó la expropiación de más de nueve millones de hectáreas de tierra, concentradas en 7.873 latifundios, los que fueron distribuidos en más de 370.000 familias peruanas, entre ellas, la de los padres del actual presidente.

Bajo el influjo de la reforma agraria boliviana de 1952, la reforma fue interrumpida por el derrocamiento de Velasco Alvarado y al igual que en Chile tras el golpe militar de 1973, sufrir un proceso de contrarreforma, por lo que el impacto social y económico de este proceso se vio afectado y disminuido.