El 9 diciembre del 2024 delincuentes dispararon a mansalva, alrededor de sesenta balazos, contra un vehículo donde se desplazaba la Andrea Vidal Gómez (28 años), ex funcionaria del congreso peruano, brazo derecho del jefe de la Oficina Legal y Constitucional del Parlamento peruano, falleciendo 8 días más tarde en el Hospital 2 de Mayo de Lima.
Por Joaquín Pérez
Una extrabajadora de la misma área reveló desde el anonimato que el jefe de ambas, Jorge Torres Saravia, organizó una red de prostitución en Parlamento, haciendo pasar a mujeres como secretarias u oficinistas a cambio de "prestarles servicios" a algunos diputados, entre los que se encuentra Osvaldo Soto, presidente del Congreso.
Andrea Vidal, conocida como La China, era quien supuestamente reclutaba a las mujeres.
Torres Saravia había despedido en septiembre pasado a Andrea Vidal y muchos sospechan que fue con el objetivo de silenciarla y contener de alguna forma el escándalo desatado.
Sobre Torres Saravia cursaba una acusación de dopar y violar a una mujer, en la ciudad de Pacasmayo, región costera de La Libertad, sin embargo, ello no impidió que ocupara tan alto cargo en el congreso peruano.
Tanto Jorge Torres Saravia como el congresista Alejandro Soto pertenecen al partido "Alianza para el Progreso", agrupación liderada por César Acuña, gobernador regional de La Libertad y dueño de la Universidad César Vallejo, quien ha sido acusado de plagio, lavado de activos y delitos de corrupción.
Según el semanario Hildebrandt en sus Trece, una de las "asesoras" de Torres Saravia llamada Isabel Cajo Salvador, tuvo un ascenso veloz en el Parlamento: en mayo ingresó en el Área de Administración de Bienes con un sueldo de 4.700 soles (1.260.000 pesos chilenos) y al mes siguiente sus honorarios casi se duplicaron hasta 8.000 soles (2.145.000 pesos chilenos). Cajo, quien vendía contenido sexual desde hace varios años en OnlyFans, trabaja ahora para el parlamentario Edwin Martínez, del partido Acción Popular.
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Tras el atentado a Andrea Vidal Gómez, su ex jefa, Isabel Cajo ha borrado el contenido de todas sus redes sociales.
Resulta especialmente ridículo que una de las medidas adoptadas por el congreso peruano para tapar sus escándalos de violación y prostitución ha sido prohibir la minifalda.
No es de extrañar que la dictadura de Dina Boluarte en Perú tenga apenas un 3% de aprobación y el Congreso, donde se dio el golpe al presidente Pedro Castillo tenga solo un 6% de aprobación