[resumen.cl] Esta semana ha sido verdaderamente negra para la institución de Carabineros de Chile, no sólo por la caída de la «Operación Huracán» y la revelación a la opinión pública de la presunta fabricación de pruebas falsas, sino por una serie de otros acontecimientos que afectan su imagen y otros que caen derechamente en el delito.

Una semana para el olvido vivió la policía uniformada. A la querella que presentó el Consejo de Defensa del Estado (CDE) por fraude al fisco debido a los trabajos remodelación de edificio de Carabineros, se sumó que el General Director reconoció el actuar negligente de funcionarios tras la denuncia de Diana Vidal, ex esposa del Alcalde de Cabrero Mario Gierke, por violencia intrafamiliar. El mandamás anunció sumario contra los funcionarios implicados.

Eso hasta que vino la caída de la Operación Huracán. En primera instancia y lo que dio para sospechar de la debacle del burdo montaje, el Fiscal Luis Arroyo denunció que Carabineros hizo un montaje en su contra por no querer utilizar herramientas no legales para encausar a los comuneros involucrados en la Operación Huracán. Horas después de interpuesta la querella, el Ministerio Público de Temuco, anunció que cerraría la investigación por la Operación Huracán y que comenzaría una investigación contra funcionarios de la inteligencia policial DIPOLCAR por haber manipulado las pruebas en el emblemático caso.

La situación se volvió peor para la institución uniformada debido a que, tras el allanamiento a la unidad de inteligencia en La Araucanía, se negaron a entregar computadores y documentos utilizaron carros y piquetes de Fuerzas Especiales para amedrentar al Ministerio Público y la PDI en Temuco.